jueves, 24 de marzo de 2011

Sístole y diástole

Si uno tiene manos grandes tal vez el puño pueda llegar a ser igual al corazón, pero mi mano es pequeña y creo que el mío es solo levemente un poco más grande. Podría decir que ese órgano rojo, lleno de válvulas, contracciones y relajaciones constantes, llena de vida al ser más perfecto de la naturaleza: el cuerpo humano. Ese órgano puede ser un corazón de papel, motivo de vida, motivo de existencia, motivo del ser humano para amar y sentir.

El corazón humano es a mi modo de ver, exactamente igual al que pintaba desde que tenía 4 años, rojo, curvo, lleno de vida, con flechas y con bordes redondeados para dar una demostración de amor. Ha sido batallado en diferentes escenarios, no ha muerto y creo que nunca morirá. Las batallas inician desde el plato de auyama obligado en el comedor de mi casa, entre las mentiras absurdas que dije hasta cuarto de primaria, tintas indelebles en los delantales de las profesoras, llegadas tarde a las citas con mi papá, rebeldía natural, contradicción a ideales y finalmente discusiones inexplicables por pensar diferente a él.

A esos sucesos se le podrían sumar las "otras" batallas que aunque parecieran ser las más importantes terminan siendo simples, muy dolorosas pero siempre triunfantes; esas batallas de algunos amores de mentiras, los de promesas inconclusas, algunos de sonrisas, pero todos de mentiras. Aún así mi batalla hoy está saliendo triunfante, creo estar logrando entender el amor real que es una bomba y hace que pase sangre por todo mi cuerpo, igual que el corazón de ventrículos y aurículas.

Al querer decifrar lo que significa para mi el corazón, tropiezo con lo banal y lo lógico, es amor lo que almacena ese músculo? es vida? es alma? es realmente la esencia de un ser humano para existir?.

Pensar en estupideces de sístoles o diástoles detenidas o batallas de amor de mentiras me amargan la existencia, por ese motivo quiero seguir pensando que es realmente maravilloso bombear mi corazón pensando en lo que más amo, acelerar mi ritmo cardiaco cuando río a carcajadas recordando las muendas que mi papá me daba por mis mentiras, por mi rebeldía, recordando los cachetes gordos que me mordían mis hermanas, sonriendo por la admiración que hoy siento por mi familia y por lo que en la existencia del día a día, el sol me traerá cada vez que amanezca y recuerde lo feliz que he sido con mis corazones rojos de papel. Gracias no solo al amor que batalla conmigo para dar luz algún día a un pedacito de mi ser, sino a mi padre por haberme dado la vida.

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viernes, 11 de marzo de 2011

Naturaleza

Hoy es un día destinado por la naturaleza para sacudirnos y de nuevo cuestionar nuestra "propia naturaleza", acaso es del ser humano destruirse sin proponérselo? Hoy ha sido un día en el que desperté con un cansancio infinito, luché con las cobijas y contra el sueño lo que más pude. Al leer los tweets del día, leo los gritos de la gente, la angustia de las pérdidas y la desesperación de los habitantes de un lugar que no conozco pero que está rodeado de una cultura completamente desconocida para mi mundo. Mientras yo pensaba en que hacía 10 meses despertaba todos los días a las 6 am, fuera viernes, domingo, día de rumba, día de trabajo, día lo que fuera, y hoy yo lucho contra el sueño de las 9... el mundo se inunda y es tan débil como un castillo de naipes.

Mientras yo corría por la ciudad llegando a mi sitio de trabajo pensando en mil tareas que aún no termino, al otro lado del mundo la gente seguía luchando contra el frío, el viento, el hambre y la angustia de no despertar mañana en la mañana, a las 6 o a las 9, para ellos... lo mismo da. Llega la tarde y de nuevo el cansancio me cae sobre los hombros y reviento por un segundo en lágrimas de stress, pero de nuevo pienso que ni mis botas altas que me han hecho caer dos veces, que ni la preocupación de como caminar con ellas porque me gritaron hoy que estaban aburridas, son suficiente para de nuevo devolverme al suceso natural devastador que está al otro lado del planeta.

Cae la noche, leo fotos de pobreza, edito música de soledad y finalizo lo que hoy en Colombia es una realidad diaria y desde hoy es una realidad en Japón. Todo eso para hacerme caer en mi naturaleza femenina de discutir por minucias que el mundo no necesita, que él no necesita, que yo no necesito. Por eso de nuevo golpeo mi pensamiento y cae mi frente sobre la mesa de 10 años a la espera de un sueño profundo que solo se hará posible cuando descanse mi mente el día de hoy.

No fue un día fácil, no lloro solo por mi absurda naturaleza de celos, ni por la incompetencia de mis proveedores, ni por mis botas hermosas que son pedazos, ni por el mamut que siento que tengo en el cuello, sino por la tristeza de saber que la naturaleza está furiosa y que hay miles de personas muriendo porque el agua acabó sus vidas, las mismas vidas que tenían preocupaciones tan tontas como las mías, pero que hoy solo quieren una cama, una familia y una paz que demorará en llegar mientras pasa la tormenta.


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