viernes, 2 de octubre de 2015

Rojo amor

"La luna estaba roja, el corazón estaba rojo, ellos estaban unidos por un pedacito de amor y eso me hacía feliz.

Pero duró muy poco, el color empezó a desaparecer, se volvió de nuevo blanca y el cielo siguió siendo oscuro. La naturaleza solamente les entregó ese instante para sentir una ilusión que habían deseado por muchos días.

Pero por qué la naturaleza tiene un reloj para todo? por qué hay días en los que pareciera que el cielo fuera tan oscuro como en una noche de eclipse? por qué el rojo de la luna en vez de ser de "rojo amor" se convierte en el "rojo sangre" de los que no creen en la vida?.

Te pido naturaleza infinita que les llenes el corazón del "rojo amor" que nos hace sentir vivos, te pido reloj biológico que te detengas y le hagas sentir en su vientre una ilusión. Te pido luna que sigas blanca para que el cambio de energías no nos haga nublar nuestra mente. Te pido lágrimas que pronto se detengan. Te pido Dios que los hagas creer en ti..."

Dedicado a los "Cuchis" mis amigos del alma.


domingo, 23 de agosto de 2015

¿Y dónde está el policía?

Mi abuelo Luis le enseñó a mi madre el valor de la ética y la honestidad como prioridad en su vida. Ella durante 37 años hizo lo mismo conmigo y durante toda mi vida he tratado de hacerlo, pero debo admitir que es difícil. A los 5 años le mentí a mi mamá diciendo que no me había bañado porque estaba lloviendo y de pronto me daba pulmonía; a los 10 años le mentí a mi papá cuando me dejaban notas en el cuaderno y no le decía; le mentí cuando entró a la casa buscando al perro de la casa que estaba prohibido subir al segundo piso y estaba escondido debajo de mi cama. Recuerdo que por cada mentira dicha, recibí lo que algunos llaman el día de hoy, la mejor correccional del adulto contemporáneo: rejo, juete o pellizco. 

Pero definitivamente el día que entendí lo que significaba mentir haciendo daño, fue el día que mi hermana de 18 años abrió su alcancía de "Garfield" a la que le quedaban apenas 2 o 3 monedas. Ella se acercó a mi papá y  le dijo que su hermanita menor de 12 años, le había sacado todas las monedas para alquilar películas en "Betamax", y lo hacía todos los viernes en la esquina de la cuadra del barrio. Mi papá sin rejo, ni correa, ni nada, me dio la "juetera" más dolorosa sin ni siquiera tocarme un pelo, me dijo  una frase que nunca olvidaré: "estás robando, y a tu propia hermana". 

Mis ojos rompieron en lágrimas pues la primera imagen que vi fue la cara de decepción de mi papá, seguida de la que podría tener mi mamá cuando se enterara y por supuesto la de mi correcto y perfecto abuelo. Ese sentimiento fue uno de los más horribles que he tenido. Ese día entendí, que mentir, nunca más, sería una opción para conseguir lo que quería. 

Pero decir que no volví a mentir durante mi vida, es la peor mentira. Me fui a fiestas a escondidas, en la universidad me salvé de algunos trabajos por llegar tarde y fui infiel en mi soltería. Pero eso es lo que llamo las "mentiras piadosas".

Durante mis 13 años como profesional he evitado a personas mentirosas, he eliminado a supuestos amigos de mi vida por su falta de ética, me he negado a negocios convenientes y he rechazado por completo el soborno y he tratado de ser lo más justa posible.

La palabra "justicia" (del latín iustitĭa) según Wikipedia, es la "concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la sociedad." Pero la sociedad de esta ciudad busca esa justicia con una Institución llamada: "La Policía".

En Bogotá existen aproximadamente 18.000 policías, divididos en 3 turnos, distribuidos en 1.071 cuadrantes, en una ciudad de 1.587 metros cuadrados. Eso quiere decir que la ciudad de Bogotá de 7.788.783 habitantes, cuenta con un policía por cada 262 personas, "listo y atento" para proteger al ciudadano. Pero me pregunto ¿dónde está el policía haciendo justicia?

Bogotá, Av. Boyacá, dirección sur-norte, a la altura de la calle 128, 3:20 pm, ya habían transcurrido los 15 minutos de gracia para llegar a mi lugar de destino, pero esos cinco minutos de más, 200 metros y un semáforo, me hicieron encontrar al policía en mi ventana del lado izquierdo del carro, en pico y placa diciendo: "A la orilla señorita".  El policía estaba en mi ventana!.

Entró el frío por mi cuerpo, mi pelo se esponjó como un león, mis manos temblaron como las de mi abuelita Luca, se me secó la boca y mi mente lo único que me ordenó fue: a "mentir como nunca mijitica".

Fue ahí donde descubrí mi poder para actuar: empecé a llorar, a suplicar y a explicarle a un policía, que estaba a 200 metros de mi lugar de destino, que tenía todos mis papeles al día y que yo no quería infringir la norma; que por favor me entendiera y me dejara ir sin multarme. 

Pero el policía con su gesto de "tengo el poder y no me importa la norma sino: ¿qué me va a dar?" me llenó de ira y me hizo olvidar a Garfierld, a mi papá, a mi mamá y a mi abuelo. Entre mi actuación de lágrimas y los papeles en mis manos, hice algo que jamás había hecho: doblé y entregué entre mis papeles lo que él quería y cerré la escena con la palabra dicha al típico policía corrupto: "ayúdeme". El policía por supuesto me acompañó en su carruaje a los 200 metros de mi destino, me devolvió mis papeles y se desvaneció entre los carros como un ratón escondido.

Hoy duermo con esa carga de la peor mentira que creo que he dicho, pero que se desvanece por completo cada vez que pienso: ¿en dónde estuvo el policía el día que me robaron un espejo en la décima, el día que rompieron el vidrio del carro de mi mamá para robarle el bolso, el día que los hinchas dañaron a patadas un Transmilenio, el día que salió Colmenares de una fiesta o todos los días que salen personas en la noche para tomar un bus en lugares como la 19, la caracas o cualquier lugar del centro?.

sábado, 22 de agosto de 2015

Te respondo pero si me ofendes, si me halagas no.

En el 2013, como un día cualquiera manejaba por la séptima rumbo a una cita y escuchaba una emisora colombiana llamada "La X más música". Durante la transmisión hablaba uno de los periodistas de cultura y entretenimiento, reconocido por su conocimiento en el mundo de la música y por ser un analista crítico de este medio, Alejandro Marín. Lo empecé a escuchar en el año 2007, en mis mejores horas de trabajo que transcurrían entre las 6:00 y las 9:00 pm. Fue ahí cuando empecé a perseguir sus programas que estaban llenos de talento, acertados comentarios y por supuesto excelente música. 

Sus programas se caracterizaban por no recibir llamadas de oyentes, pero fue aquel día en que decidió hacerlo en compañía de 3 personas de su mesa de trabajo, que personalmente en esa época no tenían ni el 10% de conocimiento que tenía él, quienes recibieron la llamada de una persona a la que le preguntaron a qué se dedicaba. Ella respondió que estudiaba Filología. Una carrera no muy común y desconocida para la mesa de trabajo de "La X más música". 

Heisel Mora de la mesa de trabajo de la "La X más música", respondió con su manera típica de hablar cuando no conoce sobre un tema: "y eso con qué se come?".  La oyente respondió muy respetuosamente, "es el estudio de las lenguas", de nuevo Heisel le dijo: "y en vez de estudiar eso porqué no estudias aleman o francés?" y de nuevo la oyente le respondió: "porque esos idiomas ya los sé, la Filología abarca muchos idiomas". En ese momento llegó el silencio sepulcral de la pena mezclada con ignorancia y Alejandro preguntó a su oyente por el tema del día.

Me dispuse a publicar en mi cuenta de Twitter, un breve resumen de esa llamada y cerré con un texto que decía: "La X más música, menos conocimiento". Fue ahí donde mi cuenta empezó a recibir notificaciones de menciones, repost y respuestas de oyentes incluyendo a los de la mesa de trabajo y salió a flote la reacción equivocada de Heisel con su típico lenguaje atrevido y ofensivo respondiendo a mis comentarios. Alejandro de nuevo al aire ofreció disculpas por si en algún momento se había ofendido a algún oyente y que de nuevo volvería a su habitual transmisión de no hablar con los oyentes para no generar molestias. 

Heisel por supuesto recurrió a la reacción básica de borrar sus comentarios y bloquearme porque "se ofendió", pero creo que seguirla a ella no me generará más conocimiento y si quisiera leerla bastaría con usar otra cuenta. 

Ahora me pregunto: por qué sólo se genera interacción con los seguidores cuando hay un comentario negativo? qué pasa con los otros comentarios?, los acertados y positivos que hacen miles de extraños como los he hecho en otras ocasiones y nunca generaron agradecimiento?. Acaso interactuar con un oyente al aire no es lo mismo que interactuar por Twitter?  por qué pasan los años y sigue sucediendo lo mismo?

Las redes cada día se están cargando más de escándalos ridículos, de pataletas absurdas y respuestas sin sentido. Twitter se llena de cuentas que en vez de generar interacción por un buen contenido, terminan siendo por quienes sean más primarios y ofensivos. 

Por qué estamos cayendo en el juego de los desconocidos en redes que sólo buscan un repost para generar seguidores o para esconder temas que sí generan beneficio?. Qué pasa con las discusiones con contenido y comentarios de 140 caracteres acertados?. Por qué periodistas, personajes de la farándula e influenciadores no generan contenido y respuestas valiosas? dónde está la habilidad para generar sinergia de manera positiva y acertada?. Por qué no reconocer que no se sabe de algún tema y tratar de manera respetuosa a quien tiene conocimientos diferentes a los suyos?. 

Por ahora seguiré escuchando la buena música de Alejandro, pero espero que por lo menos su mesa de trabajo genere más contenido valioso de quienes los han posicionado.