jueves, 13 de febrero de 2014

Una niña de mi salón

"Calle 10sur con carrera 15", era la frase que repetía mi mamá todas las mañanas, cuando nos subíamos al taxi para ir al colegio. Esa dirección que se supone yo debía memorizar a los 4 años, por aquello de la responsabilidad en caso de que me perdiera, pero que gracias al afán matutino y a las palabras de mi mamá, logré memorizar. 

Aquel colegio de paredes gigantes y forma rectangular, al que le debemos nuestros primeros pasos profesionales en mi casa, tenía salones gigantes y un sin número de niñas que compartían el salón en mi primer día de clases. De 35 niñas, mi primera amiga de los 4 a los 7 años, se sentaba a mi lado y vivía cerca a mi casa, se llamaba: "Paola". Fue así como empezó mi famoso: "una niña de mi salón"; mis papás y mis hermanas preguntaban: -"quién?" y yo decía: -"pues Paola".

Cuando el rumbo inesperado de mi hermana, en su acto de rebelación contra el mundo y de crecer, nos hace cambiar a otro colegio, allí conocí a aquella niña del otro salón llamada "Paola".

Un viernes cualquiera, día del alumno, día del idioma, día del sol o lo que sirviera para celebrar, nos hacía terminar en la casa de una de "las niñas del salón". Al llegar a mi casa, mis papás preguntaban, -y quiénes estaban?, y yo respondía: pues Paola. 

Antes de ingresar a la universidad compartí mi habitación, muchos fines de semana, con alguien genial que me ayudaba a sobrevivir en un grupo de brujas y príncipes de mentiras, de risas y lágrimas, de recuerdos infinitos y de momentos geniales en el Grupo de Recreación: ella también se llamaba "Paola". 

Ese nombre que parecía tan común, lo convertí durante muchos años en mi amiga imaginaria llamada "Paola", la que ya todos sabían que existía pero que no sabían cuál era. La que nombré para escaparme de mi novio universitario, la que inventé para tomarme una cerveza con alguien prohibido en la universidad, la que existía pero no existía. Aunque tuviera una amiga llamada Paola, la de la clase del 94, me hacía temer el hecho de tenerla y luego de perderla, por las circunstancias o por lo que fuera. 

Ese temor, se rompió 15 años después en su apartamento increíblemente bello que yo llamaba: "el apartamento de mis sueños". Ese día entre mis lágrimas de mi soledad, mi peso de 47 kilos, sus palabras de aliento, junto a su amiga verdadera "la mona" y por supuesto unas cervezas, algo hizo click en mi temor: Paola ahora era real. Compartió mi dolor y lo transformó en palabras de valentía y consejos que hoy me cambiaron la vida. Paola, la de la clase del 94 con la que efectivamente tomé muchas cervezas, me divertí en muchas fiestas, con la que fui a conciertos, matrimonios, parrandas vallenatas, me hizo ver lo valiosa que ella era.

Paola es la mejor amiga de "la mona" que hoy la extraña por su ausencia, Paola es la amiga de Magda, Paula, Pilar, Paty, César, Julián, Chepe, Adriana, Claudia, Marcela, Érika, Hamilton, Felipe y un sin número de personas valiosas que nunca tendrán algo negativo que decir de ella; Paola es la del colegio que algunas no tuvieron la fortuna de conocer; Paola es la amiga que le demostró a todos que vive su sueño en otro país sin temor a perder; Paola es quien sonríe en cada una de sus fotos con autenticidad; Paola es la prudente, la juiciosa, la que es amiga de mis amigas, la que sube fotos con su media naranja y producen sonrisas; Paola es la que llora de felicidad por la felicidad de sus amigas; Paola es la que no se esfuerza por ser otra, sino ella, auténtica. 

Paola es "la niña de mi salón", a la que Dios le puso un tesoro increíble para cuidarla y darle todo lo que ella se merece, un hombre maravilloso, exitoso y tan divertido como ella. Por tu vida y por este día, feliz cumpleaños Paolita.



sábado, 8 de febrero de 2014

11 mal maneras de acabar el vicio de revisar el celular

Al leer el artículo de Semana, "11 maneras de acabar el vicio de revisar el celular", se produce en mi una necesidad infinita de explicarle a quien escribió dicho artículo, que sus 11 maneras son las más erradas que he leído, respecto al uso del celular.

Lo que llaman "tonta exclavitud" es claramente el mal uso del celular de las personas que jamás en su vida han recibido una orientación correcta. Por ese motivo, analizo sus 11 consejos que son en un 95% equivocados:

1. No al limitado: Error. Tener Internet todo el tiempo, permite pedir un taxi seguro, enviar un mensaje de urgencia por una red social, (usted puede salvar vidas (ver infografía), comunicarse con alguien por una red si usted perdió su número y no recuerda el de ninguno, buscar una dirección en la página Web del sitio al que va si no encuentra el lugar donde lo anotó, y/o replantear una notica mal encaminada sobre el uso del celular.

2. Elimine Facebook, Twitter e Instagram. Error. La solución no es eliminarlas, sino entender que cada una cumple una función, que usted debe aprender a manejar. Esconderse del mundo no es la solución. Aprenda que las redes sociales son para informar, no para contar su vida privada. (ver video).

3. No al cargador: Tal vez usar el celular para llamadas es lo correcto y funciona adecuadamente cuando se tiene poca batería. Pero insisto, el tema de uso del celular es de conciencia. Tener un celular sin batería no lo va a ser más consciente, en cambio sí puede ayudarlo a encontrarse con alguien si no ha memorizado el número de teléfono de nadie.

4. Sin notificaciones: Correcto

5. No sea intenso: La función principal de la red social Forsquare no es el !chek in". Es la posibilidad de sugerir y darle tips a los usuarios cuando llegan a un lugar: un hotel desaseado, un restaurante con mal servicio, un almacén abierto a determinadas horas, lugares que nadie conoce. Para eso es que se debe usar esa red.

6. Sea anacrónico: Correcto, dedique el tiempo para revisar sus redes cuando esté solo.

7. Listas y Tuits: usted decide qué leer y a quién seguir. Programe tiempos exactos del día para revisar el Twitter

8. 9 y 10 son la misma cosa: Programe sus hábitos y sus tiempos.

11. Ser insoportable? yo diría: eduque a quienes lo rodean de manera educada.

El problema es de hábito y desconocimiento de las redes. Si usted se considera un vicioso piense en lo que significa: "Un vicio es todo aquel hábito o práctica que se considera inmoral,  depravado o degradante en una sociedad. Es una falta, un defecto, una enfermedad o tan sólo a un mal hábito."

1. Piense: Usted decide dónde y con quién quiere estar. Si usted usa su celular frente a quienes lo rodean, seguramente en un futuro ninguno de ellos va querer estar con usted.
2. Hable: Compartir con su familia, con sus amigos o con sus compañeros de trabajo cuando cenan, es tiempo sagrado.
3. Haga silencio: Publicar la vida privada siempre será motivo para la crítica y comentarios de quienes lo rodean. 
4. Lea: Investigue para qué se usa cada red y sáquele el jugo a su vida.

Recuerde que el celular está hecho para llamar, lo invito a memorizar los números de sus familiares, en vez de memorizar cuántas veces alguien escribe una publicación de su vida privada en las redes sociales.



jueves, 16 de enero de 2014

Mi amiga Fashion


Subo corriendo al baño del gimansio de la Universidad para romper en lágrimas de la decepción, la rabia y la tristeza de haber confiado por enésima vez en una amiga, entro y me lavo la cara con agua fría para sentir que mis 20 años son suficientes para no volver a creer nunca más en una vieja, óigase bien, una vieja haciéndose llamar amiga. 

En ese momento entra una peliroja o mona o pelinegra, ya no recuerdo, pero no me caía muy bien, se hace al lado para lavar sus manos y yo digo en entre dientes: "no vuelvo a confiar en ninguna vieja!" y ella dice: "fresca, yo tampoco confío en ninguna". No sabía si sentir molestia porque ella me lo decía o sentir alivio porque me entendía.

Así fue como salimos del baño con una complicidad contra esa vieja que era una "amiga" en común y ahora la niña que bailaba en primera fila de nuestro grupo de aeróbicos, la que nunca se equivocaba en los entrenamientos, la que se la pasaba con dos amigos que me parecían más creídos y fastidiosos que ella, la que hacía split y spagat sin chistear, la que bailaba salsa, merengue, funk, samba y cuanto ritmo hubiera, ahora me empezaba a caer mejor, incluso sus amigos también me empezaban a caer mejor.

Luego de cruzar más de esas 7 palabras, descubrimos que teníamos muchas más cosas en común. Nuestra niñez la vivimos en el mismo barrio a tan sólo 10 cuadras y nunca nos vimos. Estudiábamos la misma carrera y teníamos un novio "bom bril". Su vida fue tan alegre como la mía y su familia era tan tranquila como la mía. Creo que ahí empecé a creer que podía tener una amiga de nuevo.

Entrenábamos cada 3 días y los sábados llegábamos a las 8:00 am así saliéramos de rumba el día anterior. Nos graduamos el mismo día, y en poco tiempo por fín terminamos con el eteeeeeeeeeerno novio que cada una tenía y empezamos a disfrutar de nuestra soltería: La Sala, Mr babilla, Invitro, Muelle Mackenzie, La Calera y cuanto lugar se nos cruzara para salir a bailar. Su divertida risa, su look fashion y su vocación a su trabajo la hacía cada día una persona muy especial en mi vida. 

Ella, ella es mi amiga Adriana, la que nunca ha fallado en mis cumpleaños,  la que mis exnovios y amigos miraban como pendejos, la que me ha dado un abrazo cada vez que lo necesito, la que siempre contesta el celular y nunca dice que no, la que he visto llorar sólo 3 veces en 15 años, la que me perdona que olvide su fecha de cumpleaños, la que tiene una familia hermosa construida con esfuerzo y como pocas mujeres lo saben hacer: con amor e inteligencia. La profesional y exitosa que hoy sonríe por su vida. La  que ha compartido sus más íntimos sentimientos conmigo sin temor, sin envidia, sin un solo sentimiento negativo y con la autenticidad que la caracteriza.

Es por eso que hoy el día de su cumpleaños quiero dejar en las redes mi admiración y aprecio por mi amiga de siempre. Te quiero mi Adri! por ser beige, por ser de león, leopardo, de cuero, de taches, de clase, de pepitas brillantes, de rojo, mono o negro, de My LookBook, de exclusividad, de JuanPablitis, de risa gigante y voz aguda, de t-shirtlab, de liso, crespo, largo, de fotos verdaderas, de distancias y cercanías, de detalles, de guayabos, de cero alcohol, de gimansio, de cero tabaco, de almuerzos pendientes, de lámparas de araña de lujo!, por eso y mil razones más te quiero mucho.

Quiero seguir celebrando este día para tener la fortuna de verte en mis siguientes 50 o 60 arrugas y así sonreír siempre y que muchas de las canas que tendremos juntas, sean producto de momentos tan felices como los de hoy.

Feliz cumpleaños mi Adri!

Tu amiga ingrata: Martha Lilí

jueves, 31 de enero de 2013

Cómo recordar su contraseña

AIM o AOL Instant Messenger fue una de las primeras redes de mensajes instantáneos que usé en 1996. El procedimiento era exactamente igual a todos los que lo sucedieron que venían con su red de correo personalizado como Hotmail con el Windows Live Messegner que ahora es Skype, el chat de Gmail, Yahoo y a eso se le suma el chat de los dispositivos móviles como Blackberry, Imessage de Iphone, Whatssapp, AppMe entre otros. Aplicaciones de chat con voz como Tango, Voxer, Viber y redes sociales como el chat de Facebook, los mensajes internos de Twitter e incluso el correo electrónico, hacen parte de este grupo tan preciado de mensajería instantánea.

Pero el objetivo de "comunicarnos" a través de un equipo o un dispositivo móvil depende de el usuario y contraseña asignado para cada uno. Es así como inicia el dilema de qué contraseña será la adecuada para el aplicativo de chat, usado para decir hasta las cosas más íntimas y que se espera nunca nadie vaya encontrar.

Desde el apodo del novio de 20 años, pasando por el nombre de la hija anhelada, los países que conocí, las ciudades que me faltan por conocer, los números de teléfono de la casa, de la cédula, la fecha de nacimiento, el día del aniversario, el código de la universidad y la mezcla de números y letras del banco con su token respectivo, hasta el 1234567890 de la red WIFI, han hecho parte de mis contraseñas.

La sopa de letras hoy se come con tenedor! by Martha LilíCatalogado por los expertos como el error más común y fácil de recuperar por los hackers, una contraseña no debe ser algo tan obvio. Es inevitable asimilar una contraseña con un recuerdo cercano, que nos obliga a tratar de memorizarla y nos hacen sentir completamente seguros. Existen "generadores de contraseñas" en algunos sitios Web que ayudan a mantener la seguridad de lo que se supone es confidencial. Pero cómo pretenden que uno recuerde un "Vjh8.-ñ? Eso en vez de una contraseña parece una grosería! Aún así éste tipo de contraseñas de nuevo nos obliga a copiarla en un papel en la billetera con el signo $ y entre letras para asegurar que no se perderá. Pero y si se pierde la billetera?

Se podrían inventar un sistema de olores o sabores que hagan recordar la contraseña cuando a uno se le olvida, pero eso sería como una sopa de letras mentales que terminarían en el mismo punto de siempre: buscar la manera de recordarla para no tener que escribirla. 

En conclusión, lo ideal es no tener la misma contraseña para todo, definir una importante con números, letras y signos, pero...

...si aún así usted no quiere o usted sufre de paranoia: lo invito a escribirla en un papel en la casa, preferiblemente debajo del colchón con una caja que tenga reconocimiento de voz y huella, asegurada con un candado de números y tratar de recordar esa combinación, para así asegurar que nadie verá sus chats, sus mensajes, correos íntimos, fotos ocultas o sus tesoros digitales más preciados, o mejor...

...trate de  conservar una vida más tranquila y prudente, en especial en las redes para no caer en el preinfarto de no encontrar tu dispositivo, en el infarto de verlo en las manos de tu pareja, en el escarnio público de tus enemigos, en las manos de los acosadores que pueden sacarte dinero o en el del mentalista que adivina tu futuro:







Doble definición...

Qué será mejor... leer un muy buen libro o usar la tecnología para descansar? #indecisa by Martha LilíCómo sería si él...

...fuera interesante, si fuera elegante, si sus rasgos fueran tan finos que repetiría la mirada, si al escucharlo tuviera algo de poesía, o si al pensar en él sus calidades fueran infinitas, si su figura me perturbara cada vez que lo miro, si fuera tan cautivador que sin hacerlo sintiera su abrazo, si su cuerpo fuera tan apasionante que no tendría palabras para describirlo. Si en alguna parte de sí mismo no se cómo, supiera que tiene algo que ver conmigo.

Le gustaría conocerlo? Piense qué tal vez con estos rasgos no necesariamente tendría que ser un hombre, use su imaginación y piense que tal vez a lo que me refiero es a un artículo, o a algo que usted o cualquiera haya escrito.

Escribir es un respiro para el alma, para hacer de algo interesante una doble lectura, lo invito a que lea de nuevo:

Cómo sería si él, ese libro...

...fuera interesante, si fuera elegante, si sus rasgos fueran tan finos que repetiría la mirada, si al escucharlo tuviera algo de poesía, o si al pensar en él sus calidades fueran infinitas, si su figura me perturbara cada vez que lo miro, si fuera tan cautivador que sin hacerlo sintiera su abrazo, si su cuerpo fuera tan apasionante que no tendría palabras para describirlo. Si en alguna parte de sí mismo no se cómo, supiera que tiene algo que ver conmigo.

Una página Web o un corrientazo?

Usted debe ser consciente que elegir un proveedor para algo tan importante como su sitio Web, requiere de dedicación, tiempo, tacto, diseño, concepto y experiencia. Es tan simple como una cena con un posible cliente potencial: "sólo usted decide cómo quiere que lo recuerden"...


Un cliente se merece toda tu dedicación. @nexumltda by Martha Lilí
Todo empieza cuando usted ingresa al restaurante y una mujer le indica su mesa. Es un lugar recomendado por un buen amigo, la música está adecuada sólo para su mesa y se respira tranquilidad. Un mesero le ofrece la carta, le sugiere un buen vino, le retira la ficha de reserva y le sirve agua en un vaso de vidrio, sobre la mesa blanca de mantel y servilleta de tela.

Los platos están ubicados de manera adecuada para dos personas y los cubiertos parecen cenefas ubicadas correctamente. Usted le pregunta a su acompañante qué desea, ella no sabe pero confía en su sugerencia y espera a que el plato llegue a la mesa. El chef se dirige previamente a usted, le comenta que cada uno de sus platos están hechos a la medida y que quiere conocerlo para que su receta sea casi perfecta según su plato elegido. Es así como el chef se dirige a su cocina y luego de unos minutos llega la entrada a su mesa, al terminar llega el plato fuerte y finaliza con un té.

Usted pide la cuenta y el mesero le pregunta si desea adicionar la propina, su respuesta es afirmativa y es así como él le trae el datáfono para que usted haga su pago y finaliza una cena de trabajo en un lugar adecuado y a la altura de su cliente que lo acompañaba. El tiempo no hizo parte de su preocupación, el precio sabía que se adecuaba a su satisfacción y logró cerrar un negocio con su acompañante quien es un cliente potencial.

Ahora bien, no está de más recordar el afán del corrientazo que alguna vez usted ha experimentado... 

Usted se salta la fila en la entrada del restaurante y rápidamente se sienta en una mesa que está a punto de ser ocupada por otros que esperan. Se escucha el ruido de la gente, la música es demasiado fuerte y el grito de la mesera avisando que han ocupado la mesa, le recuerda que no debe incomodarse, pues el tema es de afán. La mesera saca de su delantal el trapo con el que en círculos intenta limpiar la mesa que aún conserva moronas de comida. La meserla le  indica el plato del día, con el "principio", el acompañamiento y pregunta si le cambia la sopa por fruta. Al indicarle su plato, usted le pregunta a su acompañante qué desea y ella pide algo diferente a la sugerencia de la mesera, es así como ella dice que se acabó pero que si quiere le adiciona un huevo.

Tacha sobre su libreta de apuntes y trata de memorizar las bebidas. Se retira tropezándose con la silla que está de más en la mesa y guarda su esfero, le acerca una canasta plástica pequeña de huecos, la cual trae dos servilletas y sobre ella los cubiertos con pequeñas gotas de agua, con ese sonido particular y agudo. Luego de una espera que para usted es infinita, llama a la mesera con tono despectivo: "niña, cuánto se demora?", ella corre y dice "ya, un momento" y luego de servir la mesa de al lado que llegó después de usted, trae los platos. Pasan algunos minutos y su cliente le recuerda las bebidas, es ahí donde justo llega la mesera con las bebidas equivocadas pero su cliente insiste en que no hay problema, pues tienen "afan".

La mesera arranca el recibo de su libreta la hoja de 10x10cm y lo pone boca abajo sobre su mesa para que usted se dirija a la caja y haga el pago en efectivo. Le entregan dos dulces de panelitas que lo hacen sentir casi satisfecho pues su afán lo hizo cumplir con el almuerzo. Pero sólo un pequeño detalle: su cliente nunca más volverá, usted acaba de perderlo.

Pretender tener una cena todos los días en un restaurante para muchos es un gasto en vez de una inversión, pero tener un lugar en Internet con el que su cliente encuentre el excelente servicio de su compañía y de paso le recuerde la cena de aquel buen restaurante, es la razón por la que usted debe invertir, tiempo, dinero y disposición en su página Web para que sus clientes sean fieles a usted.

No arriesgue el buen servicio que ofrece su compañía y no sacrifique un negocio por su afán a la hora de elegir un proveedor para su página Web, no sea un corrientazo.




viernes, 7 de diciembre de 2012

El poder de un troll, el que todos llevamos dentro!

Según Wikipedia, "un troll o trol, describe a una persona que publica mensajes provocativos, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, como un foro de discusión, sala de chat o blog, con la principal intención de provocar o molestar, con fines diversos y de diversión, a los usuarios y lectores en una respuesta emocional o, de otra manera, alterar la conversación normal en un tema de discusión, logrando que los mismos usuarios se enfaden y se enfrenten entre sí." es decir, es un personaje que escribe cosas para ofender.

Pero en realidad quién no ha tenido ganas de escribir palabras ofensivas que logren sacar la ira que nos produce nuestra propia intolerancia?.

Ser tolerante significa para muchos la nobleza en su más bajo nivel, para otros, es la sabiduría y la mayor inteligencia frente a una situación adversa, pero creo que la mejor manera de describirla, es como lo hacía Confucio: "El que domina su cólera domina a su peor enemigo."

Aún así, hay una terapia que estoy segura funciona, y es escribir la ira, escribir las palabras que podrían ser ofensivas, esas que no se pueden decir. Al hacerlo se siente un placer infinito y aún más, si lo compartes a escondidas con alguien. Lo he hecho, no lo niego, pero en el fondo me daría vergüenza que alguien me leyera.

Algunos lo escriben en un chat camino a la casa, embutidos en un transporte público que se supone debería ser muy útil pero se convierte en un infierno y podrían dañarte de 2 a 4 horas de tu día, otros en un trancón en un día de lluvia y en hora valle, yo lo hago generalmente en los bancos, en la atención de la comercial papelera, en el sitio más rico de sushi de Bogotá pero con una atención pésima! (pescocentro), en la incompetencia del que no es de esta ciudad, en el taxista que roba $300 en cada carrera, en el incumplimiento del proveedor, en el cliente que no paga, en el negociante que quiere su tajada, ^*·$"·" en fin!... en cada momento privado entre tu dispositivo móvil, y tú, para decirle al mundo: "que mierrrda!". Lo siento pero necesitaba escribirlo.

Algunos necesitan escribirlo públicamente en las redes, como lo hacen los famosos "trols", los cuales no soporto, porque solo escriben ofensas que no aportan nada al mundo real. A veces me hacen pensar que son los mismos personajes públicos, esos que escriben que están felices, que van a lugares increíbles, que firman autógrafos, que responden a todos sus fans diciendo: "gracias los amo a todos", que nunca suben una foto fea, que dicen "muy buenos días a todos" y se acuestan con un: "no doy más, los quiero, xoxo", que no ofenden a nadie, que tienen miles de seguidores, que saben que un tweet mal escrito sería lo peor!, y aún así, la ignorancia aumenta sus seguidores. Esos, esos también son trols, son personajes ocultos con dobles cuentas, que solo escriben palabras ofensivas, para poder expresar lo que no pueden hacer en su vida pública y que a su vez también nos hacen reír de su impotencia.

Llevo mi trol guardado, entre mi memoria, entre hojas, correos, chats, entre el tweet que está a punto de ser publicado, pero que afortunadamente va ligado a mi sensatez; lo llevo para no perderme y reírme cuando quiero escribirle a mi amiga del alma: gracias marica! me hiciste la vida feliz!

"xoxo"
"besos"
"feliz fin de semana"
Que va! mejor digamos, lo que diremos en un mes: Pa la mierda los pastores que se acabó la navidad!

:D






jueves, 23 de febrero de 2012

Unos patines, una bici o un carro?


Navidad, 80's, enero, menor de tres hermanas y llega el niño Dios con 3 regalos, dos pares de patines de cuatro ruedas y una muñeca casi igual de alta a mí, que aún conservo.

Yo lograba entender que mis hermanas podían patinar por ser más grandes y era feliz jugando al frente de mi casa, con una cobija y una camita para dormir a mi muñeca, pero las ganas de querer tener unos patines, era un sentimiento inevitable.

Casi 3 años después, ellas seguían creciendo y mientras yo trataba de amaestrar sus patines, mis papás compraban una bicicleta perfecta para nuestra época: una clásica monareta. Tenía de todo, un sillín con un espaldar muy alto, corneta, bocina o claxon que tenía un sonido muy particular, una cesta o canasta para llevar juguetes, espejos retrovisores, parabrisas, pedales con un solo engranaje y dos ruedas estabilizadoras. Por supuesto el momento en que tu padre te suelta sin tener las ruedas laterales estabilizadoras, eso, se vuelve algo inolvidable. Aunque los patines de cuatro llantas ya no eran de mi interés, porque además de que me quedaban grandes y aunque me tocara golpear un pedal con fuerza para que el otro llegara, la nueva bicicleta me hacía sentir invencible haciendo de éste, ahora un momento único.

Los niños pasaban y yo iba muy orgullosa con mi súper bicicleta a menos de 10 km/h, pero pasaba el tiempo, la moda llegaba y ahora yo quería una bicicleta cross, una más veloz, más bonita, más moderna. Tratando de hacer parecer la monareta a una cross quitándole todos los accesorios, y mentalmente creyendo que lo estaba logrando, me llené de valor para pedir formalmente una bicicleta nueva. Era el 4o cuarto de primaria, (no hace mucho pero calificaban con letras), yo debía sacar E (excelente) en todas mis notas para lograrlo, pero una B, me dañó mi esfuerzo y me resigné a no insistir, ahora usaba la bicicleta de mi vecina, no era mía, pero no importaba, esa era más rápida.

Las calles empinadas de un pueblo llamado Zapatoca en Santander, y las bicicletas de mis primas, me hicieron obtener todos los morados, raspaduras y cicatrices suficientes para volverme una aficionada a ese deporte. Como el viaje a ese pueblo bonito era una vez al año, los juegos de niña pasaron a un segundo plano y 15 años después por las calles de Villa del Prado aprendí a manejar un carro, era blanco, setentero, con vidrios mecánicos y de un amigo que sufría cada vez que yo lo manejaba.

Finalmente pasé por Chevrolets, Fords, Renaults y Volkswagen que me hacían sonreír, pero no me hacían tan feliz como mi meteoro... o mi Loli como le puso mi sobrina: mi primer carro!: negro, tranquilo, fugaz, con todo los accesorios que los patines y las bicicletas soñadas podrían tener.

Una insistencia de mi media naranja repitiendo una y otra vez: "decídelo, cómpralo, es uno de tus sueños, qué esperas?!" me hace pensarlo. Es así como un día llegan mis ángeles guardianes, incluyéndolo a él y me ayudan a decidirlo. Me llenan de valor y de poder. Ese poder de manejar mi propio carro, experimentando momentos que todo conductor novato disfrutó: prenderlo, acelerarlo, sentir el viento del "soonruf", controlar el vértigo y disminuir la velocidad, marcar direccionales, salir a la autopista mientras llueve, usar el limpia brisas trasero, usar el aire acondicionado, bajar los vidrios eléctricos mientras sale el sol, subir el volumen y cantar a grito herido, recoger a quien amas, llevar a tu familia, ir a un centro comercial y recibir el tiquete de venta, parquear con cuidado y en reversa, recordar en qué sótano lo dejé, salir en primera por una subida que parece de 90 grados, ver el bombillo del tablero que indica que debes correr para encontrar una bomba de gasolina, abrir el baúl en vez de la tapa de la gasolina, lavarlo, policharlo, comprarle un ambientador, pegarle el sticker de la manzanita, grabar tus emisoras favoritas, hablar con el manos libres durante el trancón, manejar sin tacones, cargar miles de paquetes en la silla trasera, perder un arete entre las sillas, bajarse del carro y activar la alarma... bip, bip... en fin!

Tantos momentos, que es ahí donde termina uno de esos días... pueden ser como los de cualquiera que tiene un carro, pero mientras pasa el tiempo y yo llego a esos momentos rutinarios, para mí siguen siendo días felices teniendo la satisfacción de manejar un "juguete" que me ha ayudado a llegar a donde he querido. Uno que deja de ser un objeto, a ser un punto de responsabilidad y conciencia para cuidar mi vida y hacer lo que yo quiera cada vez que lo decido.




lunes, 3 de octubre de 2011

Invisibilidad o Imbecibilidad?

Quisiera poder educar al mundo absurdo de la indiferencia, ese que puede ser hombre o mujer, ese personaje egoísta que solo piensa en si mismo y sería capaz de salir caminando como sin no existiera gente a su alrededor.

Ese personaje un día es un hombre incompetente que vive el día a día como un robot, con tornillos que solo cree él que puede apretar. Es un bola de pelos que a veces me gustaría lanzarle al gato para enredarlo entre sus uñas y así hacerlo reaccionar. Es como un gnomo que habla solo con su amigo imaginario o con su corteza cerebral, sin visión, sin olor, sin tacto, sin estética y sin un solo sentido de compromiso. Ese personaje que desprecia al arte y solo el raciocinio de su matemática mental lo hace creerse erudito.

Otro día puede ser una mujer, una oveja con miradas de lobo, sin oído, sin olfato y con manos desbaratadas como si la suavidad no hiciera parte de su tacto. Es tan indiferente que el mundo podría quemarse, hundirse o explotar a su alrededor y su encierro ensimismado la volvería aún más sorda. Es como blanca nieves mirándose al espejo viendo su reflejo con una manzana en la mano.

Y si un día me llenara de valor y olvidara quien soy, si convirtiera toda mi tolerancia en palabras directas irrumpiendo su estado de "imbecibilidad" lanzando un valdado de agua fría para verle salir el mugre de su mente seca?

Quisiera atar mis pensamientos para que dejaran de ser una sierra que me tienen al borde de un colapso cada vez que la indiferencia  irrumpe mis días. Quisiera poder inyectarles una sobredosis de soledad real, para que por un momento dejaran de comportarse como seres inertes que de acuerdo a su conveniencia buscan vecinas o colegas como yo para lograr su objetivo final.

Afortunadamente existe una teoría que describe este tipo de seres conocidos comúnmente como: seres incoloros e invisibles, pero serán realmente así? o serán simplemente tan camaleones que buscan una excusa para levantarse, caminar o ir al trabajo con cara de revolver y de esa manera alejar cualquier humano a su alrededor?

Mientras siga tratando de entender como pueden ignorar al mundo real, seguiré pensando que el exceso de cualquier cualidad puede convertirse en cualquier tipo de manzana y envenenar al más tolerante de todos.

viernes, 1 de julio de 2011

La seducción de Morfeo

Entre mi recuerdo de infancia las ovejas que saltan a través de una cerca, han logrado hacer dormir el cuerpo y la mente de los seres en la tierra. Dormir es uno de los placeres que he tenido de diferentes maneras en mi vida, pero no he podido ni con las ovejas, ni con los inventos de mi memoria para descansar en todas las etapas de mi vida. Pero si pudiera controlar mi pensamiento al 100% para concebir el sueño como los niños que duermen en la profundidad de su imaginación con recuerdos positivos, sería más sencilla la noche, la madrugada y el día siguiente.

5 años, madrugada del colegio, uniforme azul, y el recuerdo de mi mamá amarrando mis zapatos en la cama me hacían entender la realidad entre el sueño y la imaginación. Una estatua de una virgen del colegio, de color blanco, se había movido para tomar agua caliente, en una taza pequeñita de color verde; ese movimiento horroroso transmitió en mis ondas cerebrales un recuerdo negativo hacia todo tipo de monumentos y esculturas que evocan la religión. Mi primera pesadilla.

Época universitaria, clases de 7 am de figura humana me hacían levantarme para llegar corriendo a un salón en un séptimo piso, sin ascensor, con porta planos o una carpeta estorbosa que se unían a mi torpe afán de llegar e intentar abrir la puerta de un salón que en 15 minutos tenía seguro en la chapa y me hacían perder la única materia que por dormir más de la cuenta, me quitaría vacaciones y descansos al terminar el semestre. Mi sueño profundo.

5 años después las noches desconectadas del ruido, del teléfono, de las voces y de cualquier tono que entorpeciera mi mente, me hacían una trabajadora efectiva durante mi época de empresaria inexperta. Ese cambio de horario seguían siendo una constante lucha contra los brazos de Morfeo en las mañanas. Mi horario corrido.

La etapa de la ceguera causada por las espinas de las rosas, esas que le sacaron los ojos al amor y lo hicieron deambular para hacerme caer en días de más de 24 horas, llega sin avisar. Mi día empezaba a las 6:30 am con un anhelo absurdo de escuchar mi despertador al otro lado del teléfono con el canto del levántate soldado y terminaba en la noche fría de mi soledad mental, en mi habitación, a las 23 horas que podrían llegar a ser hasta de 31, logrando vivir en dos tierras, pero que de igual manera en la de este lado, mis ojos programados se abrirían de nuevo a las 6:30 am. A eso le sumo la prueba de la visión ingenua y desordenada de mi confianza laboral, pensando en dos administraciones las cuales me harían reventar hasta tal punto de no hacer ninguno de los dos negocios bien hecho. Mi sueño hecho pesadilla.

Finalmente entre hojas verdes de las paredes de un restaurante, en una noche de vino con mis amigas del colegio, risas y recuerdos, aparece Morfeo. Su olor y su sonrisa me seduce, cautivando mis pensamientos hasta el punto de perder la noción del tiempo. Entre su refugio cálido, de música, de cuidados y sonrisas, mi despertar poco a poco volvió a ser el mismo de antes. Sin darme cuenta, de nuevo había vuelto la profundidad a mi mente para darme lucidez en el día. Mi sueño había vuelto de nuevo.

Desempolvando mis mejores recuerdos, escuchando mi pálpito y tratando de llenar mi sangre de adamantium, recobro el sentido, viajo, vivo y me libero recuperando la habilidad de controlar mis pensamientos para poder descansar en paz. La tranquilidad de no tener estatuas de santos, clases de 7 am, relaciones virtuales, negocios sin manos y puñados desbordados de satisfacciones, he hacen no solo dormir, me hacen descansar. Mi libertad.

Aún no se si las noches Bogotanas, las noticias inesperadas, los llantos de alguna pequeñita imaginada o cualquier suceso, de nuevo me hagan despertar sin razón alguna en la noche. Solo se que dormir es uno de mis mejores placeres y que aunque mi imaginación podría quitarme el sueño, se que me hará hacer realidad mi sueño, mi ensueño.