viernes, 13 de mayo de 2011

Raras pesadillas

El cielo truena y el viento es tan fuerte que silba como un fantasma entre árboles que son moles de 5 pisos al final de la ciudad. Si los truenos hablaran que dirían? sería mi voz o un llanto?, sería un regaño, sería una rebeldía absurda, sería un látigo plateado como el que queda en el cielo luego de avisar que la lluvia se nos viene encima?

Podría ser el resultado de ese sueño arrullador que empezaba con goticas de lluvia en la ventana, pero que terminó con una pesadilla y una caída en un abismo de gritos al despertar. Tal vez es el mundo avisando que el tiempo es oro, que el cuerpo es preciado o que el poder enceguece.

La naturaleza a veces nos entrega lo mejor de ella, pero también hace tronar el cielo tan fuerte, que en vez de hacerme disfrutar de la ventana, me hace estremecer con el miedo de no poder respirar, de no entender que los años envejecen el planeta y que el cielo se ve gris con un color que no combina con lo que hay detrás.

Hay noches en las que solo necesito que el sol entre y apague mi ceño fruncido por los truenos y la lluvia que no me dejan descansar.

Hey sol... no te escondas, no te duermas, el mundo necesita brillar con las líneas casi rectas que entran por la ventana, con el calor sutil de tu voz diciendo en las mañanas... ya pasó, solo fue la lluvia de tus sueños la que abrumó tu respirar, no es cierto, solo debes despertar.

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