Usted debe ser consciente que elegir un proveedor para algo tan importante como su sitio Web, requiere de dedicación, tiempo, tacto, diseño, concepto y experiencia. Es tan simple como una cena con un posible cliente potencial: "sólo usted decide cómo quiere que lo recuerden"...
Todo empieza cuando usted ingresa al restaurante y una mujer le indica su mesa. Es un lugar recomendado por un buen amigo, la música está adecuada sólo para su mesa y se respira tranquilidad. Un mesero le ofrece la carta, le sugiere un buen vino, le retira la ficha de reserva y le sirve agua en un vaso de vidrio, sobre la mesa blanca de mantel y servilleta de tela.
Los platos están ubicados de manera adecuada para dos personas y los cubiertos parecen cenefas ubicadas correctamente. Usted le pregunta a su acompañante qué desea, ella no sabe pero confía en su sugerencia y espera a que el plato llegue a la mesa. El chef se dirige previamente a usted, le comenta que cada uno de sus platos están hechos a la medida y que quiere conocerlo para que su receta sea casi perfecta según su plato elegido. Es así como el chef se dirige a su cocina y luego de unos minutos llega la entrada a su mesa, al terminar llega el plato fuerte y finaliza con un té.
Usted pide la cuenta y el mesero le pregunta si desea adicionar la propina, su respuesta es afirmativa y es así como él le trae el datáfono para que usted haga su pago y finaliza una cena de trabajo en un lugar adecuado y a la altura de su cliente que lo acompañaba. El tiempo no hizo parte de su preocupación, el precio sabía que se adecuaba a su satisfacción y logró cerrar un negocio con su acompañante quien es un cliente potencial.
Los platos están ubicados de manera adecuada para dos personas y los cubiertos parecen cenefas ubicadas correctamente. Usted le pregunta a su acompañante qué desea, ella no sabe pero confía en su sugerencia y espera a que el plato llegue a la mesa. El chef se dirige previamente a usted, le comenta que cada uno de sus platos están hechos a la medida y que quiere conocerlo para que su receta sea casi perfecta según su plato elegido. Es así como el chef se dirige a su cocina y luego de unos minutos llega la entrada a su mesa, al terminar llega el plato fuerte y finaliza con un té.
Usted pide la cuenta y el mesero le pregunta si desea adicionar la propina, su respuesta es afirmativa y es así como él le trae el datáfono para que usted haga su pago y finaliza una cena de trabajo en un lugar adecuado y a la altura de su cliente que lo acompañaba. El tiempo no hizo parte de su preocupación, el precio sabía que se adecuaba a su satisfacción y logró cerrar un negocio con su acompañante quien es un cliente potencial.
Ahora bien, no está de más recordar el afán del corrientazo que alguna vez usted ha experimentado...
Usted se salta la fila en la entrada del restaurante y rápidamente se sienta en una mesa que está a punto de ser ocupada por otros que esperan. Se escucha el ruido de la gente, la música es demasiado fuerte y el grito de la mesera avisando que han ocupado la mesa, le recuerda que no debe incomodarse, pues el tema es de afán. La mesera saca de su delantal el trapo con el que en círculos intenta limpiar la mesa que aún conserva moronas de comida. La meserla le indica el plato del día, con el "principio", el acompañamiento y pregunta si le cambia la sopa por fruta. Al indicarle su plato, usted le pregunta a su acompañante qué desea y ella pide algo diferente a la sugerencia de la mesera, es así como ella dice que se acabó pero que si quiere le adiciona un huevo.
Tacha sobre su libreta de apuntes y trata de memorizar las bebidas. Se retira tropezándose con la silla que está de más en la mesa y guarda su esfero, le acerca una canasta plástica pequeña de huecos, la cual trae dos servilletas y sobre ella los cubiertos con pequeñas gotas de agua, con ese sonido particular y agudo. Luego de una espera que para usted es infinita, llama a la mesera con tono despectivo: "niña, cuánto se demora?", ella corre y dice "ya, un momento" y luego de servir la mesa de al lado que llegó después de usted, trae los platos. Pasan algunos minutos y su cliente le recuerda las bebidas, es ahí donde justo llega la mesera con las bebidas equivocadas pero su cliente insiste en que no hay problema, pues tienen "afan".
La mesera arranca el recibo de su libreta la hoja de 10x10cm y lo pone boca abajo sobre su mesa para que usted se dirija a la caja y haga el pago en efectivo. Le entregan dos dulces de panelitas que lo hacen sentir casi satisfecho pues su afán lo hizo cumplir con el almuerzo. Pero sólo un pequeño detalle: su cliente nunca más volverá, usted acaba de perderlo.
Tacha sobre su libreta de apuntes y trata de memorizar las bebidas. Se retira tropezándose con la silla que está de más en la mesa y guarda su esfero, le acerca una canasta plástica pequeña de huecos, la cual trae dos servilletas y sobre ella los cubiertos con pequeñas gotas de agua, con ese sonido particular y agudo. Luego de una espera que para usted es infinita, llama a la mesera con tono despectivo: "niña, cuánto se demora?", ella corre y dice "ya, un momento" y luego de servir la mesa de al lado que llegó después de usted, trae los platos. Pasan algunos minutos y su cliente le recuerda las bebidas, es ahí donde justo llega la mesera con las bebidas equivocadas pero su cliente insiste en que no hay problema, pues tienen "afan".
La mesera arranca el recibo de su libreta la hoja de 10x10cm y lo pone boca abajo sobre su mesa para que usted se dirija a la caja y haga el pago en efectivo. Le entregan dos dulces de panelitas que lo hacen sentir casi satisfecho pues su afán lo hizo cumplir con el almuerzo. Pero sólo un pequeño detalle: su cliente nunca más volverá, usted acaba de perderlo.
Pretender tener una cena todos los días en un restaurante para muchos es un gasto en vez de una inversión, pero tener un lugar en Internet con el que su cliente encuentre el excelente servicio de su compañía y de paso le recuerde la cena de aquel buen restaurante, es la razón por la que usted debe invertir, tiempo, dinero y disposición en su página Web para que sus clientes sean fieles a usted.
No arriesgue el buen servicio que ofrece su compañía y no sacrifique un negocio por su afán a la hora de elegir un proveedor para su página Web, no sea un corrientazo.
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