lunes, 4 de mayo de 2020

El jardín

Y llegaron los gritos al jardín...

Esos gritos de desesperación porque nada logra romper la roca de tu corazón. Endureció y no lo vi venir. Me perdí en el bosque de hojas enormes que me taparon la vista y no me dejaban ver la maleza que crecía a nuestro alrededor. No vi las flores que se marchitaron, no vi las que pudrieron su raíz por la cantidad de lluvia que cayó.

Se inundó el bosque, la flor se llenó de tanta agua que no pudo respirar y solamente movió sus pétalos tan fuerte que te golpearon sin querer. Se quebraron nuevamente mis pétalos y perdieron su color. Las espinas otra vez me hacen sangrar cuando intento acercarme. No se cómo evitar cortarme, cortarte, a veces no se cómo no quedarme sin hojas, esas que me hacen respirar. El jardín está cubierto y el único que puede liberarnos está tratando de encontrar nuevamente el abono.

Nos mira desde arriba y llora porque no entendemos. Sus gotas caen sobre nosotros y aunque nosotros nos cubrimos, somos tan tercos que no dejamos que la luz del sol arme un arco iris y seque esta inundación. Quiero renacer, pero contigo. Quiero florecer pero contigo. Quiero que mis capullos florezcan para que el sol llene nuevamente este jardín en la primavera. La estación nuevamente se alargó y no se cómo voy a hacer para pasar más días en este invierno. Contar los días me destroza.

Me congela los dedos, el rostro, las piernas y el corazón al saber que estás acá pero no estás. Dónde estás mi cuidador, en qué bosque te enredaste que no puedo soltarte. En qué momento apareció la neblina que no vi venir. No miré nunca con detenimiento profundo, hacia los lados, hacia arriba, y ahora me cuesta sacar mi néctar para endulzar nuevamente este jardín.

Ayúdanos Dios mío, ayúdanos a florecer. Quiero podar, pero no quiero que se quede sin raíces este lugar. Es más bonito con flores, esas que no puedo recordar tenerlas entre mis manos. Pensé que no las necesitaba, pero ya ves, ahora necesito girasoles, rosas o cartuchos porque de sólo de pensar que de pronto vuelva a ser una flor pálida, me lleno de terror.

Se que estás ahí, se que en alguna parte florecerás, pero ojalá sea nuevamente a mi lado. Y yo se que tú Dios mío, me puedes ayudar a callar mis gritos. Te prometo que solamente agradeceré por darme raíces, tallos, hojas, flores y capullos para renacer y honrar tu voluntad. Pondré mi jardín para ti, lo regaré diariamente y no dejaré que nunca más la neblina me ciegue, no dejaré nunca más que alguien pise mis flores más preciadas, no perderé de vista los momentos de frío. Cultivaré tu amor y confiaré en que siempre mi jardín florecerá.


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