domingo, 23 de agosto de 2015

¿Y dónde está el policía?

Mi abuelo Luis le enseñó a mi madre el valor de la ética y la honestidad como prioridad en su vida. Ella durante 37 años hizo lo mismo conmigo y durante toda mi vida he tratado de hacerlo, pero debo admitir que es difícil. A los 5 años le mentí a mi mamá diciendo que no me había bañado porque estaba lloviendo y de pronto me daba pulmonía; a los 10 años le mentí a mi papá cuando me dejaban notas en el cuaderno y no le decía; le mentí cuando entró a la casa buscando al perro de la casa que estaba prohibido subir al segundo piso y estaba escondido debajo de mi cama. Recuerdo que por cada mentira dicha, recibí lo que algunos llaman el día de hoy, la mejor correccional del adulto contemporáneo: rejo, juete o pellizco. 

Pero definitivamente el día que entendí lo que significaba mentir haciendo daño, fue el día que mi hermana de 18 años abrió su alcancía de "Garfield" a la que le quedaban apenas 2 o 3 monedas. Ella se acercó a mi papá y  le dijo que su hermanita menor de 12 años, le había sacado todas las monedas para alquilar películas en "Betamax", y lo hacía todos los viernes en la esquina de la cuadra del barrio. Mi papá sin rejo, ni correa, ni nada, me dio la "juetera" más dolorosa sin ni siquiera tocarme un pelo, me dijo  una frase que nunca olvidaré: "estás robando, y a tu propia hermana". 

Mis ojos rompieron en lágrimas pues la primera imagen que vi fue la cara de decepción de mi papá, seguida de la que podría tener mi mamá cuando se enterara y por supuesto la de mi correcto y perfecto abuelo. Ese sentimiento fue uno de los más horribles que he tenido. Ese día entendí, que mentir, nunca más, sería una opción para conseguir lo que quería. 

Pero decir que no volví a mentir durante mi vida, es la peor mentira. Me fui a fiestas a escondidas, en la universidad me salvé de algunos trabajos por llegar tarde y fui infiel en mi soltería. Pero eso es lo que llamo las "mentiras piadosas".

Durante mis 13 años como profesional he evitado a personas mentirosas, he eliminado a supuestos amigos de mi vida por su falta de ética, me he negado a negocios convenientes y he rechazado por completo el soborno y he tratado de ser lo más justa posible.

La palabra "justicia" (del latín iustitĭa) según Wikipedia, es la "concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la sociedad." Pero la sociedad de esta ciudad busca esa justicia con una Institución llamada: "La Policía".

En Bogotá existen aproximadamente 18.000 policías, divididos en 3 turnos, distribuidos en 1.071 cuadrantes, en una ciudad de 1.587 metros cuadrados. Eso quiere decir que la ciudad de Bogotá de 7.788.783 habitantes, cuenta con un policía por cada 262 personas, "listo y atento" para proteger al ciudadano. Pero me pregunto ¿dónde está el policía haciendo justicia?

Bogotá, Av. Boyacá, dirección sur-norte, a la altura de la calle 128, 3:20 pm, ya habían transcurrido los 15 minutos de gracia para llegar a mi lugar de destino, pero esos cinco minutos de más, 200 metros y un semáforo, me hicieron encontrar al policía en mi ventana del lado izquierdo del carro, en pico y placa diciendo: "A la orilla señorita".  El policía estaba en mi ventana!.

Entró el frío por mi cuerpo, mi pelo se esponjó como un león, mis manos temblaron como las de mi abuelita Luca, se me secó la boca y mi mente lo único que me ordenó fue: a "mentir como nunca mijitica".

Fue ahí donde descubrí mi poder para actuar: empecé a llorar, a suplicar y a explicarle a un policía, que estaba a 200 metros de mi lugar de destino, que tenía todos mis papeles al día y que yo no quería infringir la norma; que por favor me entendiera y me dejara ir sin multarme. 

Pero el policía con su gesto de "tengo el poder y no me importa la norma sino: ¿qué me va a dar?" me llenó de ira y me hizo olvidar a Garfierld, a mi papá, a mi mamá y a mi abuelo. Entre mi actuación de lágrimas y los papeles en mis manos, hice algo que jamás había hecho: doblé y entregué entre mis papeles lo que él quería y cerré la escena con la palabra dicha al típico policía corrupto: "ayúdeme". El policía por supuesto me acompañó en su carruaje a los 200 metros de mi destino, me devolvió mis papeles y se desvaneció entre los carros como un ratón escondido.

Hoy duermo con esa carga de la peor mentira que creo que he dicho, pero que se desvanece por completo cada vez que pienso: ¿en dónde estuvo el policía el día que me robaron un espejo en la décima, el día que rompieron el vidrio del carro de mi mamá para robarle el bolso, el día que los hinchas dañaron a patadas un Transmilenio, el día que salió Colmenares de una fiesta o todos los días que salen personas en la noche para tomar un bus en lugares como la 19, la caracas o cualquier lugar del centro?.

sábado, 22 de agosto de 2015

Te respondo pero si me ofendes, si me halagas no.

En el 2013, como un día cualquiera manejaba por la séptima rumbo a una cita y escuchaba una emisora colombiana llamada "La X más música". Durante la transmisión hablaba uno de los periodistas de cultura y entretenimiento, reconocido por su conocimiento en el mundo de la música y por ser un analista crítico de este medio, Alejandro Marín. Lo empecé a escuchar en el año 2007, en mis mejores horas de trabajo que transcurrían entre las 6:00 y las 9:00 pm. Fue ahí cuando empecé a perseguir sus programas que estaban llenos de talento, acertados comentarios y por supuesto excelente música. 

Sus programas se caracterizaban por no recibir llamadas de oyentes, pero fue aquel día en que decidió hacerlo en compañía de 3 personas de su mesa de trabajo, que personalmente en esa época no tenían ni el 10% de conocimiento que tenía él, quienes recibieron la llamada de una persona a la que le preguntaron a qué se dedicaba. Ella respondió que estudiaba Filología. Una carrera no muy común y desconocida para la mesa de trabajo de "La X más música". 

Heisel Mora de la mesa de trabajo de la "La X más música", respondió con su manera típica de hablar cuando no conoce sobre un tema: "y eso con qué se come?".  La oyente respondió muy respetuosamente, "es el estudio de las lenguas", de nuevo Heisel le dijo: "y en vez de estudiar eso porqué no estudias aleman o francés?" y de nuevo la oyente le respondió: "porque esos idiomas ya los sé, la Filología abarca muchos idiomas". En ese momento llegó el silencio sepulcral de la pena mezclada con ignorancia y Alejandro preguntó a su oyente por el tema del día.

Me dispuse a publicar en mi cuenta de Twitter, un breve resumen de esa llamada y cerré con un texto que decía: "La X más música, menos conocimiento". Fue ahí donde mi cuenta empezó a recibir notificaciones de menciones, repost y respuestas de oyentes incluyendo a los de la mesa de trabajo y salió a flote la reacción equivocada de Heisel con su típico lenguaje atrevido y ofensivo respondiendo a mis comentarios. Alejandro de nuevo al aire ofreció disculpas por si en algún momento se había ofendido a algún oyente y que de nuevo volvería a su habitual transmisión de no hablar con los oyentes para no generar molestias. 

Heisel por supuesto recurrió a la reacción básica de borrar sus comentarios y bloquearme porque "se ofendió", pero creo que seguirla a ella no me generará más conocimiento y si quisiera leerla bastaría con usar otra cuenta. 

Ahora me pregunto: por qué sólo se genera interacción con los seguidores cuando hay un comentario negativo? qué pasa con los otros comentarios?, los acertados y positivos que hacen miles de extraños como los he hecho en otras ocasiones y nunca generaron agradecimiento?. Acaso interactuar con un oyente al aire no es lo mismo que interactuar por Twitter?  por qué pasan los años y sigue sucediendo lo mismo?

Las redes cada día se están cargando más de escándalos ridículos, de pataletas absurdas y respuestas sin sentido. Twitter se llena de cuentas que en vez de generar interacción por un buen contenido, terminan siendo por quienes sean más primarios y ofensivos. 

Por qué estamos cayendo en el juego de los desconocidos en redes que sólo buscan un repost para generar seguidores o para esconder temas que sí generan beneficio?. Qué pasa con las discusiones con contenido y comentarios de 140 caracteres acertados?. Por qué periodistas, personajes de la farándula e influenciadores no generan contenido y respuestas valiosas? dónde está la habilidad para generar sinergia de manera positiva y acertada?. Por qué no reconocer que no se sabe de algún tema y tratar de manera respetuosa a quien tiene conocimientos diferentes a los suyos?. 

Por ahora seguiré escuchando la buena música de Alejandro, pero espero que por lo menos su mesa de trabajo genere más contenido valioso de quienes los han posicionado.



domingo, 22 de junio de 2014

Mi Chiquitín

"Enrique... Qué está haciendo?" Esa fue la frase que le repitió mi abuelo miles de veces a mi papá cuando era pequeño. Supongo que fue por desbaratar el reloj que le regalaron en Navidad para saber cómo funcionaba, o por la radiola que nunca pudieron estrenar mis abuelos con sus amigos, porque se quedaron con la manija en la mano gracias a la curiosidad de mi papá y mi tío; pero definitivamente esa curiosidad, le hizo desarrollar una habilidad para arreglar todo lo que se encontraba en su camino. Es por eso que en mi casa nunca hubo nada dañado y aún cuando algo no sirve, mi papá le encuentra arreglo. Fué él quien me enseñó a usar el taladro, estucar, soldar, poner lámparas, a usar el cortafríos, a pelar cables, a hacer libros, a hacer extensiones, arreglar lámparas y a diferenciar la segueta del serrucho.

Mi papá era como el niño protagonista de la película "la familia del futuro", un niño inquieto que se preguntaba el "por qué" de todo. Fue muy juicioso en el colegio, estudiaba por su cuenta, se aprendió solo los números con un calendario que tenía mi abuelita, le gustan mucho los libros y su vocación por aprender ha sido y sigue siendo parte de su ser. Fue seminarista y durante muchos años aprendió a vivir sin necesidad de lujos. Al contrario, es el que se pregunta por qué un jugo de naranja puede costar más de $6.000 si las naranjas se caen gratis de los árboles en el pueblo donde él nació. 

El amor por la Universidad Nacional lo marcó tanto, que un día mientras su hija mayor presentaba un examen en el mismo salón al que él le dictaba clase, casi lo cancela de la emoción de imaginar a su "Tatica" hecha toda una profesional en la universidad de sus sueños. Así como también se enfermó porque su hija consentida tercerió física  por andar jugando cartas con sus amigos al frente de ingeniería. Su carrera de ingeniería electrónica no le basto a mi papá, también estudió filosofía y letras, sabe latín, francés y algo de alemán e inglés. 

Su lado artista ha estado presente durante toda su vida, pues toca clarinete, saxofón, algo de piano, guitarra y por supuesto ama la música clásica. Disfruta de un buen concierto de música colombiana, de una caminata entre las montañas, de las calles empedradas de Boyacá y una buena taza de "agua de panela" con queso. Su mejor plato son las papas chorreadas y el caldo con costilla de los domingos es lo más delicioso que prepara. Le gusta el cine europeo, las películas en la casa y no le gustan las de magia o fantásticas que no pueden suceder. 

Le encanta la política pero detesta a los políticos, puede durar horas viendo el canal del congreso, Cablenoticias y el día que descubrió Twitter, encontró el medio perfecto para comunicarse con ese mundo corrupto que le ha sacado unas cuantas canas. 

Tiene 3 hijas, 3 nueros, 4 nietos, 4 hermanos, 4 sobrinos, una sobrina política que quiere como una hija, una mamá de 95 años y vive con el amor de su vida que lo ha acompañado durante 43 años de casado. No le gustan las mascotas pero le gusta la naturaleza y el campo. Vive en una casa que siempre tiene la puerta abierta, en un lugar donde siempre hace sol, entran los pájaros por la ventana y se posan sobre una casa miniatura de dos pisos que él mismo construyó. Esa es una de muchas casas que ha construído, incluso algunas las ha regalado, como la de la película de "UP", una que hizo en miniatura, en cartón paja, y cortó y pegó teja por teja, para el ponqué del día de mi matrimonio. Le gusta tanto la madera, que hasta tiene un torno con el que hizo las lámparas de su casa.

Ha sido y es un hombre cuidadoso con su dinero, su disciplina con su bolsillo lo ha llevado a conocer el mundo, tener un lugar digno para vivir y para darse el lujo de levantarse en las mañanas, hacer ejercicio, tocar saxofón, comer sanamente, leer un libro, tomar una siesta, despertar con el tinto de la mujer que lo ama y esperar a que lleguen sus nietas a visitarlo el día del padre. Esa nieta que es su punto débil, y que niega porque dice que a todos los quiere por igual. 

Esa es la vida de mi papá, una vida a la que muchos anhelamos llegar, esa que sólo tiene tranquilidad, sabiduría, admiración, paciencia y experiencia. Es el padre que me enseñó a montar bicicleta, a cuidar mis juguetes, a valorar lo que adquiero, a ser responsable, a decir la verdad, a ser disciplinada, correcta, a estudiar, a no quedarme con lo que el mundo me da, sino a investigar, a leer, a escribir bien, a aprenderme las reglas de las tildes en un trayecto del colegio a la casa a los 7 años. 

Mi papá ha tenido equivocaciones como cualquier ser humano, pero han sido tantos sus aciertos, que esos recuerdos se convierten en lecciones de vida. No le gusta que le digan que está enfermo, que tenga cuidado o que le digan que no puede hacer algo; no le gustan los champiñones y mucho menos los embutidos. Le da mal genio que le hablen de Uribe, que no le paguen a tiempo, que alguien sea injusto y detesta llegar tarde. 

No me alcanzan las líneas ni los recuerdos para tratar de describir todo lo que es mi papá, pero éste es un día del padre para el hombre que ha sido mi editor de blogs y que hoy deberá leerme  con mis comas, puntos y redacciones extrañas, al mejor estilo de una hija loca que la da gracias a Dios por tener la fortuna de tener un padre como él.

Espero que la vida te tenga por muchos años a mi lado, para que me enseñes a educar a una nieto más inquieto que yo, pero tal vez más juicioso que tú. Te amo mi Toto, o mejor, te lo digo como te decía cuando tenía 10 años: feliz día del padre mi chiquitín!




miércoles, 28 de mayo de 2014

Ma' wiki?

Entre clases de mentiras en el cuarto de juguetes de mi casa, tardes de llegadas de colegio, ropa prestada, juegos de policías y ladrones, amigas de mentiras que "terminaban la amistad", novios imaginarios, brakets, peinados alfs, escapadas, llegadas tarde, noviazgos eternos, lágrimas, risas, martinis, desilusiones, diversión, calditos de costilla los domingos, fiestas, paseos y risas.... Entre todo eso y más... Puedo resumir una tercera parte de la vida de ella...

Ella es Laura. 

No podría escribir su segundo nombre, porque de lo contrario, ella jamás me seguiría leyendo, pero sí puedo escribir lo que mejor recuerdo de su vida, para que dentro de otros 37 años, ella sea quien escriba lo que sigue de la historia.

El tetero.
Laura es la niña que tenía unos zapatos blancos y un vestido amarillo de pepas blancas, una piel tan suave y delicada que se enrojecía con unos minutos de sol. Era la que lloraba en la mesa durante horas y con el coro de mis hermanas y mis papás logramos cambiarle su llanto por sonrisas. 

El jugo.
Era tan extremadamente consentida que aún con 35 años, llamaba a su papá para que le ayudara a despinchar una llanta. Sus caritas de niña juiciosa enamoraban (y enamoran) a mi papá y lograba conseguir todo lo que quería. Se levantaba en las mañanas con su uniforme perfecto y sus tareas tan a tiempo, que un día madrugamos con mi hermana una hora más temprano, en silencio, nos paramos frente a su cama y susurramos: "Laura, estamos listas", y así ella saltó de su cama y sintió lo que para mi era tan normal en las mañanas: levantarse tarde y salir a la carrera. 

La gaseosa.
Y cómo no contar la historia de la ropa que una vez le prestamos y luego le hicimos quitar por una pelea entre niñas de 10 años? O la guerra que hicimos en 3ro de primaria entre ella y yo al rayarle los cuadernos?. Tuvo el destino que separarnos del colegio para saltar de la niñez a la adolescencia.

El ron.
Una adolescencia que nos separaba por su figura de mujer atractiva mientras yo parecía de muñecas y "niñas de mi salón". Aún así y a pesar de sus amigas tan diferentes a las mías, siempre las reuniones familiares la hacían celebrar entre primos, tíos y dosis diaria de ron.

El aguardiente.
Llegaron los novios, la tusa, el novio bom bril, la otra tusa, y finamente su éxito laboral la desconectó por fin del drama amoroso que la hizo salir de su casa para saltar al mundo de la libertad.

El martini
Fue así como entre nuestros secretos y soledades acompañadas, "Dolly" olvidaba lo que la debilitaba y sacaba lo mejor de ella: su espontaneidad. En ese momento las redes sociales la conectaban con Bogotá, Miami, España, Cancún, Panamá y los viajes, que eran su debilidad.

El whisky.
Su estado compulsivo de compras, sus llamadas, chats, sus métodos de belleza, sus 30 pares de zapatos, bolsos de colores, la combinación de su pulsera hasta con las medias, el parpadeo rápido cuando está incomoda, su canto a grito herido del reggaetón, el ambientador especial de su carro, el iPod aleatorio al lado del lavamanos, el cuadro de deseos, su escote para la rumba, el cine de los domingos, su dedicación al gimnasio y el tono agudo de su voz cuando decía "Lilíiiii", me hacen recordar "una vaina loca" que le encantaba cantar: "Ma' wiki".

Es así como la recuerdo, Lauris, quien estuvo firme mientras mi corazón se quebraba y me acompañó los primeros años de encuentro con mi media naranja y que ahora es mi nueva historia. Lauris es mi otra hermanita, quien un día no se cómo ni a qué horas, se esfumó entre el amor para empezar su nueva vida.

Que sea un tetero, un café, un guaro, un ron, un whisky o porqué no?, una buena rumba la que nos deje recordar de nuevo ese "Ma' wiki". A celebrar tu cumple amiga antes que la vida nos arrebate el tiempo! 



miércoles, 5 de marzo de 2014

El jugo de mango

Según las conversaciones de desayuno, almuerzo o comida de un hogar constituido por un padre, una madre y tres hermanas, el menor de la casa siempre será el más beneficiado. En mi caso, haber sido la menor de un hogar constituido por un padre educador, una madre valiente, una hermana mayor disciplinada y otra hermana dedicada a su profesión, me ha enseñado que ser el menor de la casa es genial!

Al menor de una casa se le puede perdonar la lágrima, el error, el puchero o el estado de consentimiento  típico de quien quiere algo porque sí. Pero luego de un exhaustivo análisis de las cosas no tan divertidas de ser menor, el considerarlo hijo menor inexperto o desconocedor, puede llegar a cambiarte la vida y podría llegar a convertirte en el más adulto de todos en un hogar.

¿Cómo podría un menor o una menor ser un adulto? creo que ni los padres, ni los hermanos mayores lo verán a uno como un adulto de verdad. Pero, me pregunto, ¿y si en el caso de las mujeres, esas niñas menores de la casa, tuvieran que aprender a vivir la vida de adultos sin planearlo?, ¿qué pasaría si un día despertaran y miraran atrás para darse cuenta que aunque son las menores de la casa, siempre seguirán siendo adultas?.

Es ahí donde yo creo que ser adulta puede empezar cuando tienes 17 o 18 años y Dios te da la oportunidad de ser mamá, cuando a los dos años de tener tu hija pierdes a tu madre pero ganas un ángel que te va a cuidar. Cuando tienes que asumir la responsabilidad de ser la mujer de la casa antes de los 25 años con un hermano mayor y un papá. Ser adulta también empieza cuando debes pagar tus servicios, ahorrar para el colegio de tu hija, para su ropa, para su vida, y pensar en cómo enfrentarás al padre de tu hija que a veces está y no está. 

Lo increíble de todo no es que esa vida para algunos sea dura, lo increíble es que para algunas niñas menores de la casa, esa ha sido su mejor vida. La niña que conozco no sólo tiene una hija increíblemente bella, también tiene una familia genial y vive cada uno de sus días con una sonrisa al despertar.

Andrea es la niña menor de una casa que conocí en el 2006. Es la típica niña menor que ya no tiene que avisar si llega tarde, pero que igual avisa. Es la menor que sale con su hermano mayor de rumba y se siente rara. Es la menor que comparte sus secretos con sus hermanas mayores. Es la que administra su tiempo para ser mamá, hermana, hija, amiga y compañera.

Es "la menor" que seguro algún día se preguntó: ¿qué se sentirá tener una hermana menor?.

No quiero pensar en cuántos años tengo, pero sí quiero pensar en cuantos años tiene Andrea, pues gracias a su papel de hermana 6 años menor, ella me hace sonreír cada vez que me recuerda lo vieja que me veía tomándome un jugo de mango en el Hard Rock de las Vegas. 

Mientras ese día vuelve a llegar, seguiré volteando los ojos en blanco cada vez que me recuerde mi jugo de mango y yo le recordaré todas las fiestas que me la he tenido que aguantar, porque así esté de cumpleaños, yo la molestaré por no dejarme tomar mi jugo en paz. A pesar de eso, Andreita siempre será esa amiga y esa hermana menor incondicional.









jueves, 13 de febrero de 2014

Una niña de mi salón

"Calle 10sur con carrera 15", era la frase que repetía mi mamá todas las mañanas, cuando nos subíamos al taxi para ir al colegio. Esa dirección que se supone yo debía memorizar a los 4 años, por aquello de la responsabilidad en caso de que me perdiera, pero que gracias al afán matutino y a las palabras de mi mamá, logré memorizar. 

Aquel colegio de paredes gigantes y forma rectangular, al que le debemos nuestros primeros pasos profesionales en mi casa, tenía salones gigantes y un sin número de niñas que compartían el salón en mi primer día de clases. De 35 niñas, mi primera amiga de los 4 a los 7 años, se sentaba a mi lado y vivía cerca a mi casa, se llamaba: "Paola". Fue así como empezó mi famoso: "una niña de mi salón"; mis papás y mis hermanas preguntaban: -"quién?" y yo decía: -"pues Paola".

Cuando el rumbo inesperado de mi hermana, en su acto de rebelación contra el mundo y de crecer, nos hace cambiar a otro colegio, allí conocí a aquella niña del otro salón llamada "Paola".

Un viernes cualquiera, día del alumno, día del idioma, día del sol o lo que sirviera para celebrar, nos hacía terminar en la casa de una de "las niñas del salón". Al llegar a mi casa, mis papás preguntaban, -y quiénes estaban?, y yo respondía: pues Paola. 

Antes de ingresar a la universidad compartí mi habitación, muchos fines de semana, con alguien genial que me ayudaba a sobrevivir en un grupo de brujas y príncipes de mentiras, de risas y lágrimas, de recuerdos infinitos y de momentos geniales en el Grupo de Recreación: ella también se llamaba "Paola". 

Ese nombre que parecía tan común, lo convertí durante muchos años en mi amiga imaginaria llamada "Paola", la que ya todos sabían que existía pero que no sabían cuál era. La que nombré para escaparme de mi novio universitario, la que inventé para tomarme una cerveza con alguien prohibido en la universidad, la que existía pero no existía. Aunque tuviera una amiga llamada Paola, la de la clase del 94, me hacía temer el hecho de tenerla y luego de perderla, por las circunstancias o por lo que fuera. 

Ese temor, se rompió 15 años después en su apartamento increíblemente bello que yo llamaba: "el apartamento de mis sueños". Ese día entre mis lágrimas de mi soledad, mi peso de 47 kilos, sus palabras de aliento, junto a su amiga verdadera "la mona" y por supuesto unas cervezas, algo hizo click en mi temor: Paola ahora era real. Compartió mi dolor y lo transformó en palabras de valentía y consejos que hoy me cambiaron la vida. Paola, la de la clase del 94 con la que efectivamente tomé muchas cervezas, me divertí en muchas fiestas, con la que fui a conciertos, matrimonios, parrandas vallenatas, me hizo ver lo valiosa que ella era.

Paola es la mejor amiga de "la mona" que hoy la extraña por su ausencia, Paola es la amiga de Magda, Paula, Pilar, Paty, César, Julián, Chepe, Adriana, Claudia, Marcela, Érika, Hamilton, Felipe y un sin número de personas valiosas que nunca tendrán algo negativo que decir de ella; Paola es la del colegio que algunas no tuvieron la fortuna de conocer; Paola es la amiga que le demostró a todos que vive su sueño en otro país sin temor a perder; Paola es quien sonríe en cada una de sus fotos con autenticidad; Paola es la prudente, la juiciosa, la que es amiga de mis amigas, la que sube fotos con su media naranja y producen sonrisas; Paola es la que llora de felicidad por la felicidad de sus amigas; Paola es la que no se esfuerza por ser otra, sino ella, auténtica. 

Paola es "la niña de mi salón", a la que Dios le puso un tesoro increíble para cuidarla y darle todo lo que ella se merece, un hombre maravilloso, exitoso y tan divertido como ella. Por tu vida y por este día, feliz cumpleaños Paolita.



sábado, 8 de febrero de 2014

11 mal maneras de acabar el vicio de revisar el celular

Al leer el artículo de Semana, "11 maneras de acabar el vicio de revisar el celular", se produce en mi una necesidad infinita de explicarle a quien escribió dicho artículo, que sus 11 maneras son las más erradas que he leído, respecto al uso del celular.

Lo que llaman "tonta exclavitud" es claramente el mal uso del celular de las personas que jamás en su vida han recibido una orientación correcta. Por ese motivo, analizo sus 11 consejos que son en un 95% equivocados:

1. No al limitado: Error. Tener Internet todo el tiempo, permite pedir un taxi seguro, enviar un mensaje de urgencia por una red social, (usted puede salvar vidas (ver infografía), comunicarse con alguien por una red si usted perdió su número y no recuerda el de ninguno, buscar una dirección en la página Web del sitio al que va si no encuentra el lugar donde lo anotó, y/o replantear una notica mal encaminada sobre el uso del celular.

2. Elimine Facebook, Twitter e Instagram. Error. La solución no es eliminarlas, sino entender que cada una cumple una función, que usted debe aprender a manejar. Esconderse del mundo no es la solución. Aprenda que las redes sociales son para informar, no para contar su vida privada. (ver video).

3. No al cargador: Tal vez usar el celular para llamadas es lo correcto y funciona adecuadamente cuando se tiene poca batería. Pero insisto, el tema de uso del celular es de conciencia. Tener un celular sin batería no lo va a ser más consciente, en cambio sí puede ayudarlo a encontrarse con alguien si no ha memorizado el número de teléfono de nadie.

4. Sin notificaciones: Correcto

5. No sea intenso: La función principal de la red social Forsquare no es el !chek in". Es la posibilidad de sugerir y darle tips a los usuarios cuando llegan a un lugar: un hotel desaseado, un restaurante con mal servicio, un almacén abierto a determinadas horas, lugares que nadie conoce. Para eso es que se debe usar esa red.

6. Sea anacrónico: Correcto, dedique el tiempo para revisar sus redes cuando esté solo.

7. Listas y Tuits: usted decide qué leer y a quién seguir. Programe tiempos exactos del día para revisar el Twitter

8. 9 y 10 son la misma cosa: Programe sus hábitos y sus tiempos.

11. Ser insoportable? yo diría: eduque a quienes lo rodean de manera educada.

El problema es de hábito y desconocimiento de las redes. Si usted se considera un vicioso piense en lo que significa: "Un vicio es todo aquel hábito o práctica que se considera inmoral,  depravado o degradante en una sociedad. Es una falta, un defecto, una enfermedad o tan sólo a un mal hábito."

1. Piense: Usted decide dónde y con quién quiere estar. Si usted usa su celular frente a quienes lo rodean, seguramente en un futuro ninguno de ellos va querer estar con usted.
2. Hable: Compartir con su familia, con sus amigos o con sus compañeros de trabajo cuando cenan, es tiempo sagrado.
3. Haga silencio: Publicar la vida privada siempre será motivo para la crítica y comentarios de quienes lo rodean. 
4. Lea: Investigue para qué se usa cada red y sáquele el jugo a su vida.

Recuerde que el celular está hecho para llamar, lo invito a memorizar los números de sus familiares, en vez de memorizar cuántas veces alguien escribe una publicación de su vida privada en las redes sociales.



jueves, 16 de enero de 2014

Mi amiga Fashion


Subo corriendo al baño del gimansio de la Universidad para romper en lágrimas de la decepción, la rabia y la tristeza de haber confiado por enésima vez en una amiga, entro y me lavo la cara con agua fría para sentir que mis 20 años son suficientes para no volver a creer nunca más en una vieja, óigase bien, una vieja haciéndose llamar amiga. 

En ese momento entra una peliroja o mona o pelinegra, ya no recuerdo, pero no me caía muy bien, se hace al lado para lavar sus manos y yo digo en entre dientes: "no vuelvo a confiar en ninguna vieja!" y ella dice: "fresca, yo tampoco confío en ninguna". No sabía si sentir molestia porque ella me lo decía o sentir alivio porque me entendía.

Así fue como salimos del baño con una complicidad contra esa vieja que era una "amiga" en común y ahora la niña que bailaba en primera fila de nuestro grupo de aeróbicos, la que nunca se equivocaba en los entrenamientos, la que se la pasaba con dos amigos que me parecían más creídos y fastidiosos que ella, la que hacía split y spagat sin chistear, la que bailaba salsa, merengue, funk, samba y cuanto ritmo hubiera, ahora me empezaba a caer mejor, incluso sus amigos también me empezaban a caer mejor.

Luego de cruzar más de esas 7 palabras, descubrimos que teníamos muchas más cosas en común. Nuestra niñez la vivimos en el mismo barrio a tan sólo 10 cuadras y nunca nos vimos. Estudiábamos la misma carrera y teníamos un novio "bom bril". Su vida fue tan alegre como la mía y su familia era tan tranquila como la mía. Creo que ahí empecé a creer que podía tener una amiga de nuevo.

Entrenábamos cada 3 días y los sábados llegábamos a las 8:00 am así saliéramos de rumba el día anterior. Nos graduamos el mismo día, y en poco tiempo por fín terminamos con el eteeeeeeeeeerno novio que cada una tenía y empezamos a disfrutar de nuestra soltería: La Sala, Mr babilla, Invitro, Muelle Mackenzie, La Calera y cuanto lugar se nos cruzara para salir a bailar. Su divertida risa, su look fashion y su vocación a su trabajo la hacía cada día una persona muy especial en mi vida. 

Ella, ella es mi amiga Adriana, la que nunca ha fallado en mis cumpleaños,  la que mis exnovios y amigos miraban como pendejos, la que me ha dado un abrazo cada vez que lo necesito, la que siempre contesta el celular y nunca dice que no, la que he visto llorar sólo 3 veces en 15 años, la que me perdona que olvide su fecha de cumpleaños, la que tiene una familia hermosa construida con esfuerzo y como pocas mujeres lo saben hacer: con amor e inteligencia. La profesional y exitosa que hoy sonríe por su vida. La  que ha compartido sus más íntimos sentimientos conmigo sin temor, sin envidia, sin un solo sentimiento negativo y con la autenticidad que la caracteriza.

Es por eso que hoy el día de su cumpleaños quiero dejar en las redes mi admiración y aprecio por mi amiga de siempre. Te quiero mi Adri! por ser beige, por ser de león, leopardo, de cuero, de taches, de clase, de pepitas brillantes, de rojo, mono o negro, de My LookBook, de exclusividad, de JuanPablitis, de risa gigante y voz aguda, de t-shirtlab, de liso, crespo, largo, de fotos verdaderas, de distancias y cercanías, de detalles, de guayabos, de cero alcohol, de gimansio, de cero tabaco, de almuerzos pendientes, de lámparas de araña de lujo!, por eso y mil razones más te quiero mucho.

Quiero seguir celebrando este día para tener la fortuna de verte en mis siguientes 50 o 60 arrugas y así sonreír siempre y que muchas de las canas que tendremos juntas, sean producto de momentos tan felices como los de hoy.

Feliz cumpleaños mi Adri!

Tu amiga ingrata: Martha Lilí

jueves, 31 de enero de 2013

Cómo recordar su contraseña

AIM o AOL Instant Messenger fue una de las primeras redes de mensajes instantáneos que usé en 1996. El procedimiento era exactamente igual a todos los que lo sucedieron que venían con su red de correo personalizado como Hotmail con el Windows Live Messegner que ahora es Skype, el chat de Gmail, Yahoo y a eso se le suma el chat de los dispositivos móviles como Blackberry, Imessage de Iphone, Whatssapp, AppMe entre otros. Aplicaciones de chat con voz como Tango, Voxer, Viber y redes sociales como el chat de Facebook, los mensajes internos de Twitter e incluso el correo electrónico, hacen parte de este grupo tan preciado de mensajería instantánea.

Pero el objetivo de "comunicarnos" a través de un equipo o un dispositivo móvil depende de el usuario y contraseña asignado para cada uno. Es así como inicia el dilema de qué contraseña será la adecuada para el aplicativo de chat, usado para decir hasta las cosas más íntimas y que se espera nunca nadie vaya encontrar.

Desde el apodo del novio de 20 años, pasando por el nombre de la hija anhelada, los países que conocí, las ciudades que me faltan por conocer, los números de teléfono de la casa, de la cédula, la fecha de nacimiento, el día del aniversario, el código de la universidad y la mezcla de números y letras del banco con su token respectivo, hasta el 1234567890 de la red WIFI, han hecho parte de mis contraseñas.

La sopa de letras hoy se come con tenedor! by Martha LilíCatalogado por los expertos como el error más común y fácil de recuperar por los hackers, una contraseña no debe ser algo tan obvio. Es inevitable asimilar una contraseña con un recuerdo cercano, que nos obliga a tratar de memorizarla y nos hacen sentir completamente seguros. Existen "generadores de contraseñas" en algunos sitios Web que ayudan a mantener la seguridad de lo que se supone es confidencial. Pero cómo pretenden que uno recuerde un "Vjh8.-ñ? Eso en vez de una contraseña parece una grosería! Aún así éste tipo de contraseñas de nuevo nos obliga a copiarla en un papel en la billetera con el signo $ y entre letras para asegurar que no se perderá. Pero y si se pierde la billetera?

Se podrían inventar un sistema de olores o sabores que hagan recordar la contraseña cuando a uno se le olvida, pero eso sería como una sopa de letras mentales que terminarían en el mismo punto de siempre: buscar la manera de recordarla para no tener que escribirla. 

En conclusión, lo ideal es no tener la misma contraseña para todo, definir una importante con números, letras y signos, pero...

...si aún así usted no quiere o usted sufre de paranoia: lo invito a escribirla en un papel en la casa, preferiblemente debajo del colchón con una caja que tenga reconocimiento de voz y huella, asegurada con un candado de números y tratar de recordar esa combinación, para así asegurar que nadie verá sus chats, sus mensajes, correos íntimos, fotos ocultas o sus tesoros digitales más preciados, o mejor...

...trate de  conservar una vida más tranquila y prudente, en especial en las redes para no caer en el preinfarto de no encontrar tu dispositivo, en el infarto de verlo en las manos de tu pareja, en el escarnio público de tus enemigos, en las manos de los acosadores que pueden sacarte dinero o en el del mentalista que adivina tu futuro:







Doble definición...

Qué será mejor... leer un muy buen libro o usar la tecnología para descansar? #indecisa by Martha LilíCómo sería si él...

...fuera interesante, si fuera elegante, si sus rasgos fueran tan finos que repetiría la mirada, si al escucharlo tuviera algo de poesía, o si al pensar en él sus calidades fueran infinitas, si su figura me perturbara cada vez que lo miro, si fuera tan cautivador que sin hacerlo sintiera su abrazo, si su cuerpo fuera tan apasionante que no tendría palabras para describirlo. Si en alguna parte de sí mismo no se cómo, supiera que tiene algo que ver conmigo.

Le gustaría conocerlo? Piense qué tal vez con estos rasgos no necesariamente tendría que ser un hombre, use su imaginación y piense que tal vez a lo que me refiero es a un artículo, o a algo que usted o cualquiera haya escrito.

Escribir es un respiro para el alma, para hacer de algo interesante una doble lectura, lo invito a que lea de nuevo:

Cómo sería si él, ese libro...

...fuera interesante, si fuera elegante, si sus rasgos fueran tan finos que repetiría la mirada, si al escucharlo tuviera algo de poesía, o si al pensar en él sus calidades fueran infinitas, si su figura me perturbara cada vez que lo miro, si fuera tan cautivador que sin hacerlo sintiera su abrazo, si su cuerpo fuera tan apasionante que no tendría palabras para describirlo. Si en alguna parte de sí mismo no se cómo, supiera que tiene algo que ver conmigo.