jueves, 29 de octubre de 2020

Cruz

Sudar por terror, sudar de miedo, sudar sangre, sudar simplemente es por falta de Fe. 

¿Acaso es necesario imaginar una cruz como si fuera un elemento que hace parte del “género del terror en pandemia”?.  
 
La cruz para algunas religiones es una símbolo de maldad, de dolor e incluso de terror. Imaginarse frente al mundo, colgando por la miseria y las culpas de otros, no debe ser nada fácil. Ver la podredumbre del odio de los seres humanos desde la altura de una cruz, debe ser muy triste. Imaginar que el abandono no sería una salvación, eso sí daría terror. ¿En serio, creen que la cruz es un problema de simbolismo o de religión?
 
Algunos relacionan la cruz con la muerte y se olvidan que un suceso así, se volvió historia por más 2000 años. Una historia incomprensible para los que sienten terror de vivir en compañía. Terror de cumplir su palabra, terror de vivir bajo una sola ley. Terror de enfrentar sus miedos. Terror de escuchar su voz interior. Terror de decirle la verdad a sus hijos, a sus parejas o a ellos mismos. Terror es imaginar que sus cuerpos y en especial sus almas, no son de nadie.  
 
No ser de nadie da terror. Ser un alma solitaria que obedece como si fuera un esclavo, da terror. Vivir cada minuto del día detrás de alguien que se siente el “amo”, el “patrón”, “el jefe”o el “rey”, da terror. Algunos incluso llenan su egoteca con animales como mascotas que cumplen esa función. ¿Sería posible que alguien se atreviera a atarlos sobre cruces para producir imágenes de terror?. ?¡Que idea tan absurda, por favor.! ¿De cuándo acá una cruz es lo más cercano al significado  del terror?.
 
Terror debería darnos por creer en agüeros, gatos de mala suerte, en el mal de ojo, en los inventos de los que ven el futuro, terror de los mentirosos, de la gula, de la soberbia, de la  avaricia, del egoísmo, de perder el tiempo, de no escuchar, de no ver, de la pereza, de la ira, terror de no querer vivir.
 
Creo que mi terror más profundo, sería dejar de ver la cruz. No verla.  
Terror de no escuchar los latidos del alma.
Terror de perder mi rosario.
Terror de perder la Biblia.
Terror de perderme en la imaginación de lo absurdo, de creer que la cruz  podría ser  un símbolo de terror. 
Terror me daría perder mi cruz. 
Terror me daría perder mi anillo. 
Terror me daría perder mi fe. 

Ahí es donde todo perdería sentido.
 
No necesito advertencias de los seres humanos. El que está en la cruz no advierte, no me dice que tenga "cuidado con lo que hago" tipo: "mensaje anónimo". El que está en la cruz simplemente me recuerda que no se está crucificado por una "temática de terror". Está crucificado para que sintamos compasión. Para que dejemos de quejarnos por nuestro dolores, de nuestras culpas, de nuestras preocupaciones absurdas. Estar en la cruz no es una carga, es darle la mano al que está al lado. Es levantarlo cuando siente que ya no puede más. Eso significa cargar la cruz. No tiene que ver con el sufrimiento, lo repito nuevamente: tiene que ver es con la compasión.

Definitivamente no entendemos nada de sudar gotas de sangre por culpa del terror.



*Escrito para el Tercer Mundial de Escritura - Consigna día 4: Sumergirse en el género de terror: una mañana de pandemia encuentro la mascota crucificada en la casa y luego encuentro un mail enviado por mi que dice: "cuidado con lo que haces"



No hay comentarios.:

Publicar un comentario