“Calle décima sur con carrera 15”, ya me la aprendí sin duda. El taxista se ve que entiende que no tenemos tiempo y que tenemos afán. Menos mal el desayuno es un café y listo. Ojalá lleguemos a tiempo. La vez pasada llegué justo cuando empezaba la misa. Qué aburridas que son esas misas. Me dan miedo las vírgenes, todavía me acuerdo de esa pesadilla de la escultura moviéndose y tomando café. En el recreo le haré caritas a la señora de la cooperativa. Ella me rebaja para comprar la lecherita; pero mi mamá dice que coma saludable, un yogurt con una mantecada. Las niñas de mi salón tienen loncheras bonitas. Mi maleta está muy pesada. Se me bajan las medias, me quedan grandes, quiero unas nuevas, siempre me toca heredar la ropa de mis hermanas. Estos zapatos del colegio son muy duros, no me gustan. Le voy a decir a la profesora que tengo ganas de ir al baño para ir a saludar a mi mamá. Ella sabe que soy yo porque le rasgo la ventanita de la secretaría y me abre. Le voy a pintar unos corazones y se los dejo en el bolso. La profesora se dio cuenta porque salí corriendo y ahora me toca ir el baño y hacerle creer que tengo ganas. Me gusta encontrarme con mis hermanas en el recreo. Hoy es martes, que pereza, nos toca ir a almorzar donde la señora Emita. Me encanta el timbre de la hora de salida. Me gustaría tener ruta como las otras niñas de mi salón.
¡Ay no!, ¿Esa señora hizo habichuelas otra vez?, son horribles. Si no fuera martes, comería rico con los almuerzos de doña Adela. Los fríjoles de ella son mis favoritos. Mi hermana Pocha dice que me faltan las plumas por hablar tanto entre el carro. Me encanta ver a mi papá reírse por eso. Ya no me gustan tanto las tareas; las de dibujar, plastilina o de papel sí, pero que aburridas las otras. Tengo sueño, ojalá no tuviera que bajarme del carro. Mi papá me va a preguntar otra vez por las tareas y si le digo mentiras me vuelve a dar correa. Entremos rapidito. Es raro que casi nunca entramos por la puerta grande de la casa sino por el patio. Salieron cerezas, podría subirme otra vez por la reja, llegar al árbol y comérmelas. Me tengo que quitar el uniforme y sacar la ropa de la cómoda. Mi mamá debería quedarse por las tardes con nosotras. No podemos ver televisión, igual no hay nada chévere que ver. Que nombre tan ridículo ese de “Caminito alegre”. Lo único que nos dejan ver es “Lola Calamidades” porque a mi hermana Tata la mayor, le gusta.
Hoy no vino mi prima Laura con su vestido nuevo. Voy a jugar con Pocha. La voy a hacer reír. Tengo sueño. Mi hermana me va a poner otra vez a hacer tareas. Ella hace de profesora. Yo le dije que el macho de la gallina era el gallino. Me va a morder los cachetes. Me gustaría tener un tocador y una barbie. Creo que nunca tendré una, son muy caras. Cuando sea grande me quiero casar y tener hijos, para tener una familia tan bonita como la mía. Hice reír tanto a Pocha que se volvió a orinar de la risa. Juguemos ajedrez. Mi papá se despertó, me va a preguntar por las tareas. Me puso a leer el Quijote, que aburrido. Ya es de noche y mi mamá no llega. Me toca plisar el uniforme y embetunar los zapatos, que aburrido. Mi hermana mayor me amenaza con contarle a mi mamá que no hice caso. ¡Pues que le cuente!. Mi mamá llamó de la universidad y otra vez le dieron quejas. “Lilo, al teléfono”. Sí señora, sí señora, sí señora. Ya hice lo que debía haber hecho. Me tengo que bañar pero está lloviendo y hace mucho frío. Diana dijo que de pronto me daba pulmonía. Me voy a dormir. ¡La cartelera! Se me olvidó. No me puedo dormir. Me van a regañar y no me puedo dormir si no la hago. Mi papá está bravo. Ya la hice y me quedó divina. No quiero madrugar. Escucho los tacones de mi mamá llegando. Debe ser muy tarde. La alcanzo a ver por la ventana caminando. Que me de un besito y me acuesto. ¡Otra vez me toca levantarme muy temprano!.
Quiero ser grande para no tener que madrugar. Me faltan como 10 años para salir del colegio. Cuando sea grande me voy a casar a los 25 años, esa es la edad para casarse. Pocha se demora mucho en el baño, es la única que entra sola. Ya me cepillé los dientes. Mi mamá me pone esa camiseta de borde verde, por debajo del uniforme para el frío. Si nos toman la foto del colegio, me bajo bien la camiseta para que no se me vea. No me gusta el frío de las mañanas. ¡El café está hirviendo! mi mamita me lo pasó a otro pocillo. Es tan linda. Tenemos afán. Me parece curioso que no nos sentamos nunca a desayunar al comedor entre semana. Esa sillas son muy frías.
¡Hoy es viernes! puedo salir a jugar baloncesto por la tarde. Podría alquilar una película y llamar a Paola, una niña de mi salón. Mejor alquilo una película en Betamax con las monedas de las chaquetas de mi papá o las de la alcancía de Tata. No me imagino cómo seré cuando sea grande. Pero seré linda. Quiero ser un payaso para hacer reír a la gente. También quiero ser famosa. Puedo jugar toda la tarde porque es viernes. Otra vez me raspé las rodillas. Mi mamá no debería dejarnos tan cortico el pelo. La bicicleta me encanta pero es para mis hermanas grandes. No me alcanzan los pies a los pedales. Cuando sea grande la voy a poder usar. Quiero ser jugadora de baloncesto profesional. Me gusta correr, mi vecina corre rapidísimo. Unos niños nos dijeron lagartijas porque somos muy flacas. No nos importa. ¿Por qué se tutean en vez de decir "sumercé"?. Me gusta arrancar las flores para dárselas a mi mamá. Me gusta mi familia.
Voy a jugar.
*Escrito como ejercicio de "qué contaríamos de nuestra vida infantil", asignada por el profesor Nelson Fredy Padilla Castro - Grandes escritores del siglo XX - Maestría en Escrituras Creativas.
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