Eärendel, my love...
Te puedo sentir y a veces creo que te puedo ver. En las noches iluminas la oscuridad de mi balcón con tus cuerdas de luz y entras como si pudieras sentarte en la silla vacía que dejaste al lado mío. También me gusta que entres a mi habitación, así, sin permiso, como desde el primer día que entraste a mi vida. A veces cuando hay luna llena, no puedo verte, pero no me importa porque sé que estás en alguna parte, escondida, con tus esferas y con la luz apagada. Estoy buscando en el libro que me dejaste algún mapa para encontrarte, pero nunca me entregaste las instrucciones completas de uso y manejo. Aún así, lo sigo guardando todas las noches entre mi cajón.
Me han dicho que estás suspendida en el espacio y que es imposible que te lleguen mis cartas, pero yo sigo haciendo mil intentos de enviarlas porque sé que en algún momento me contestarás y a tu manera. Por algo eres la más especial de las estrellas y me tocó a mí esa bendición de haberte encontrado. Algunas personas me preguntan si estoy esperando que tus respuestas me lleguen por debajo de la puerta en algún sobre de Amazon, pero cuando intento explicarles, simplemente no lo entienden y me dicen que estoy loco.
Cada vez tengo más canas y supongo que eres tú quien las estás pintando en las noches mientras duermo. Esos momentos con Morfeo son muy silenciosos, pero así duermo mejor. Yo creo que tú debes estar haciendo algo en el lugar que estás escondida porque ni siquiera el sonido de la lluvia en la ventana me despierta.
Hace poco anunciaron una tormenta de estrellas, así que viajé hasta allá para verlas pero todas eran muy pequeñas. Me dijeron que por tu tamaño sería más fácil buscarte en los destellos de luz encima del mar. Así que en los próximos años saldré al espacio a buscarte; posiblemente tardaré millones de años en encontrarte, pero me estoy preparando para eso. Llevo todo lo necesario para medir una a una las estrellas suspendidas en el cielo. He buscado en tus registros si eres de primera o segunda generación porque así sería más fácil elegir el camino correcto, pero esperemos que el telescopio de James me dé el dato en los próximos millones de años.
Por ahora seguiré esperándote todas las noches hasta que mi aliento se integre con tus rayos de luz y de esa manera tendré las fuerzas suficientes para salir a buscarte. Te prometo que cuando te encuentre, te sentirás orgullosa de mí. Para ese momento seguramente ya habré entendido el propósito del libro, el significado de tus esferas y las cuerdas de luz que me dejas colgando todas las noches en el balcón.
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