miércoles, 4 de noviembre de 2020

El globo amarillo


"¿Hace cuánto que no luchas?", le preguntaba un niños de 5 años a Batman en plena Plaza de Bolívar.

El hombre bajó su mirada y le contestó: "¿Por qué supones que no lucho?". ¿A caso has visitado mi cueva?, conoces algo de mis trabajos nocturnos o diarios?. Quién te ha metido esas ideas en la cabeza?

El niño que llevaba una capa igual a la de Batman, se mantiene intrigado por los globos que lleva Batman. ¿No debería ser a caso un súper héroe que lanza anzuelos a los tejados?

Batman parece frustrado con la pregunta y con sus globos que se venden poco. Aún así los amarra a su carrito de perros y los mantiene atados para no perderlos.

Batman tiene canas, ya no vuela, ya no sabe cómo vender sus globos. Algunos los tienen prohibidos en lugares públicos. El helio lo utilizan para imitar voces y está escaso. Es por eso que a veces él vende los globos sobre un soporte largo con un nudo, que hace parecer que flotan, generalmente miden entre 1 y 2 metros de altura. 

Cuando hace sol, los globos explotan, porque el calor no lo soporta. Aún así, Batman va todos los sábados a la Plaza de San Victorino, hace su pedido, los infla con el sol o la lluvia de turno y se devuelve hasta la Plaza.

Nuevamente el niño le pregunta "¿Hace cuánto que no luchas?". Y Batman hace una pausa para imaginar sus luchas, sus caídas y sus derrotas. Pero solamente lo recuerda, pasa saliva y en ocasiones bosteza. Siente el vacío de su corazón. Batman parece que tuviera el corazón de color amarillo. Palpita y se comprueba que cuando intenta salirse de su pecho, le salen mariposas como en las historias de Macondo.

Cuando pierde algún globo, la vaticueva lo detecta y lo atrae con un control de mando. De tal manera que día a día, Batman vuelve con el número exacto de globos a la plaza.

Niño uno, niño dos, el de gorra, el de tenis, el de calle y Batman solamente espera al niño que diariamente lo busca y le pregunta: "¿Hace cuánto que no luchas?"... 

Hubo un día en el que el niño no volvió.

Una mañana de abril, Batman, sintió que perdió su memoria. Olvidó la plaza en donde se paraba todos los fines de semana a vender sus globos. Olvidó cómo amarrar su zapatos, olvidó los sueños, olvidó la cuchilla de afeitar, olvidó cocinar, olvidó su próximo destino, simplemente lo olvidó todo.

Y ahora era libre. Había recordado volar. Un globo amarillo se había soltado de su carrito de perros calientes y se elevaba lentamente. Había descubierto que su memoria estaba atada a sus globos. Que a medida que pasaban los años, algunos globos se perdían en el cielo, otros permanecían y otros explotaban.

En su memoria, venía la pregunta del niño: "¿Hace cuánto que no luchas?". Y Batman miraba al cielo y dejaba escapar una sonrisa con el recuerdo de su nieto. Aquel que le hacía creer que era Batman por su pregunta casi diaria. Lo hacía sentirse un súper héroe. Le hacía olvidar los problemas de la vida y le recordaba que ahora era él, su nieto, era quien se encargaba de comprarle nuevos globos color amarillo, así su abuelo, casi no lo recordara.

A veces se le ve pasar en algunas plazas. Le dicen "Robin", pero a él le gusta sentir que es casi como Batman. El nuevo hombre que vende globos en la Plaza.



**Escrito para el Tercer Mundial de Escritura - consigna día 9: escribir a partir de la siguiente frase: "¿Hace cuanto que no luchas?" Nene de unos 5 años a un Batman que vende globos en la Plaza Independencia, Mendoza.



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