martes, 17 de agosto de 2021

Me pregunto... ella y yo

Aún no me has visto, pero el día que lo hagas te preguntarás por qué no tengo el rubio de tu pelo. Tal vez seré yo la que me pregunte en un futuro, por qué ni eso, ni tus ojos verdes, me tocaron a mí. 

He aprendido a hacer silencio, pero tus gritos ensordecedores al nacer, seguro estarán retumbando la sala de parto. 

Cuando recuerdo cuántos charcos he saltado, la cantidad de pelotas que he lanzado y los infinitos juego de Yermis que he ganado, me imagino haciéndolo contigo, pero aún no has empezado ni a caminar. De pronto en un futuro, serán para ti los juegos de la tía viejita.

Solamente tengo una muñeca y un coyote entre mi armario y seguramente tu habitación está llena de juguetes y muñecos reposados sobre tus repisas. Seguro el que yo te regalé, estará esperándote. Si lo conservas por cuarenta años como lo he hecho con el mío, para los demás será espantoso, pero para ti, eso será algo divino.

Me pregunto por qué esos ojos verdes no me tocaron a mí.

Esta semana he cantado a grito herido los temas de Juan Luis Guerra, tú seguramente solamente estarás escuchando canciones de cuna. Pero de pronto exista una versión de "El costo de la vida" para bebés.

Hoy en la mañana me desperté con una franja de luz que se mete como una intrusa por mi ventana y apuesto que esta noche tú estarás como un bombillo encendido con ganas de ver la luz del día, pero no para salir al parque, sino para dormir lo que no dejaste dormir en la noche a tu mamá.

Cuando me ducho y entra algo de frío, es inevitable estornudar y me da risa. Me gusta. Seguramente tu primer estornudo te hará llorar. Creo que a ti te parecerá extraño eso de "estornudar", pero no te preocupes, es herencia de familia.

No he podido abrazar a nadie en las últimas 72 horas, no puedo durar mucho tiempo así. Según los informes, no han dejado de acariciarte y llenarte de abrazos diariamente. Cosa que durará mínimo 5 años.

Me pregunto por qué esos ojos verdes no me tocaron a mí.

Estoy pensando con qué granola o fruta voy a desayunar mañana, tú tienes un dispensador de leche diario, suficiente para mantenerte saludable y seguramente tu última preocupación será engordar.

Me gusta el rojo y a ti te gusta el Violeta.

Siempre he soñado con ser una princesa, pero entre más vieja me pongo, más difícil se pone el tema. Tú no habías llegado y ya tenías el título de princesa.

Tú sin dientes y los míos están cada vez más torcidos.

Yo con años de cremas y jamás tendré la suavidad de tu piel.

Mi mamá será tu nona. La que era tu nona, fue mi tía. Tu mami es la hija más pequeñita, porque ahora es otra de las hijas de mi mamá. Por eso, ahora yo soy su hermana y por lo tanto, yo soy tu tía. Es decir, te convertiste en mi sobrina más pequeñita.

Me pregunto por qué esos ojos verdes no me tocaron a mí.

Creo que llevo la mitad de mi vida y tú hasta ahora estás empezando el camino de la tuya.

Ya me he remachado el corazón un par de veces y sigo con las curitas y el merthiolate entre la maleta. El tuyo está como nuevo y faltan muchos años para que tengas que pedirme la remachadora.  Pero cuando ese día llegue, yo estaré a tu lado princesa hermosa, porque hoy 17 de agosto, le prometí a Dios que te ayudaría a cuidar tu corazón y a hacerte sonreír; en este momento tú llanto de recién nacida, no te deja escuchar mis mofas sobre lo más divertido de la vida:

Amar y a carcajadas, como nos gusta hacerlo en esta familia.

¡Oye! ¡Ya lo entendí!, esos ojos verdes no me tocaron a mí, porque te tocaron a tí, a tu mami y a las nonitas que están esperando conocerte por tu llegada que nos llena de vida.

Quiero verte ya princesa Violeta, alégranos con tus ojos verdes nuestros días.


*Consigna día 2 para el 5to Mundial de escritura. Escribir sobre una relación de dos pronombres y sus pequeños contrastes, a partir de la estructura de Natalia Ginzburg. Elegí "ella y yo"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario