miércoles, 1 de julio de 2020

Trofeo

Amar en secreto es una afirmación difícil de describir cuando desde los 15 años has estado soñando con el amor. Elegir entre mis "amores en secreto" uno que me permita pensar en la historia que no fue, es bastante difícil. 

Estudiar en un colegio femenino hasta los 14 años y ser una niña de la casa, me hizo enamorarme en silencio por primera vez en una fiesta a la que tocaba pedir permiso como con un mes de anticipación porque mi papá era bastante estricto. Año 1992, Bogotá, Villa Alsacia, viernes en la noche, suéter blanco cuello de tortuga, saco de color salmón con hombreras, jean stretch gris y zapatos "coca cola" y mi mejor peinado "Alf", era la pinta perfecta para la famosa primera fiesta.

En mitad de la sala, un niño al que le decían Trofeo me sacó a bailar. No lo llamaban así precisamente por ser uno de los mejores jugadores de baloncesto del barrio, o por ser el más divertido, lo llamaban así por sus orejas. Pero a mi me encantaba. Trofeo era ese niño que yo quería ver cada vez que salía al parque a jugar baloncesto. Los viernes en la tarde y los fines de semana, salir, era el plan favorito con mi hermana, mi mejor amiga. El plan de salir a jugar era tan apasionante, que nos daban las 8:00 de la noche y era así como conocíamos niños y niños en plena adolescencia.

Conocer más de cerca a alguien divertido, inteligente, de la casa y sobre todo caballeroso me hacía emocionarme aún más en aquella noche del viernes. Bailamos varias canciones seguidas, entre la salsa y el merengue, hasta que finalmente pusieron una balada: Hotel California. Una canción precisa y perfecta para alborotar las hormonas y sin pensarlo, con el niño que me encantaba, nos dimos un beso, un beso silencioso, lento, suave y apasionado. Lo recuerdo como si fuera ayer, mi primer beso quedó plasmado allí en esa sala diminuta con la mejor canción de Eagles, pero se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos. Parecía que el reloj hubiera marcado las 12 y el encanto se hubiera acabado. Nos soltamos, y como nerviosa niña adolescente subí casi corriendo al segundo piso en busca de mi mejor amiga para contarle que no entendía lo que había pasado. Trofeo, al minuto me siguió y apareció con una pregunta y una cara de pánico, diciendo: quieres ser mi novia? y yo con el mismo pánico y sin pensar qué contestarle le dije que no. Me dijo, verdad que no? y le confirmé: nooo. Él parecía liberado, se dio media vuelta y se fue.

Nunca he entendido por qué le contesté eso. Esa noche tuve la posibilidad de tener mi primer novio, con alguien que realmente me gustaba mucho, pero el pánico no me dejó pensar y me hizo arrepentirme por mucho tiempo. Los siguientes días me asomaba a la ventana para salir solamente si él estaba en el parque, en las tardes cuando estaba llegando del colegio, me bajaba del transporte público casi 5 cuadras antes de mi parada, solamente para pasar por el frente de su casa y así tratar de encontrármelo. Una vez logré cruzarme con él cuando salía de su casa, pero mi timidez solamente me dio para saludarlo con la mano y sonreírle. Con el tiempo dejé de verlo, él ya no iba al parque y de un momento a otro, ya no vivía en el barrio. Mi primer beso, fue mi primer amor en silencio, un amor que nunca fue y se quedó guardado para siempre.

A partir de ese momento descubrí mi facilidad de enamoramiento con los hombres caballerosos, juiciosos, inteligentes y divertidos. Nechi, Óscar Pérez, Rodrigo Vidal, Hamilton García, Andrés Rojas, Yesid López, Nelson Javier, Esteban Katich, Eduardo Forero y Felipe Mejía fueron esos amores que amé en silencio. Unos fueron amores en silencio con miradas, con sonrisas y otros con indiferencia, seriedad y lágrimas, pero ninguno como el recuerdo de mi primer amor en silencio con Javier, Trofeo. Ese que se llevó mi primer beso, que se quedó en mi imaginación de cómo hubiera sido si mi pánico emocional no me sacara corriendo de una posibilidad de creer que alguien como él hubiera sido mi primer amor verdadero, pero se convirtió en un viejo recuerdo, en mi primer amor secreto.




*Escrito para el II Mundial de Escritura / Consigna día 1: El amor que no llegó a ser



No hay comentarios.:

Publicar un comentario